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Los chicos salieron de la casa y se dirigieron con paso rápido a la prisión del pueblo, un edificio no muy grande con dos pisos, todas las ventanas selladas con barrotes, una única puerta para la salida y entrada, para los chicos era una misión imposible, no tenían idea de como sacar al pequeño sin ser vistos, con la entidad demoníaca amenazándolos cada segundo y el tiempo presionándolos, a su corta edad de 11 años no sabían cómo actuar en una situación como esa.

Sin pensar mucho idearon un plan, entrar con las sudaderas volteadas, pedir ver al chico y después...

No sabían que más, pero el tiempo avanzaba, por lo que decidieron improvisar, entraron con cuidado de no mostrar su rostro a la cámara de seguridad y para suerte suya, no había policías en la entrada, ni la oficina, aprovecharon para pasar con rapidez a buscar las llaves para las jaulas en la mesa, pero, de la puerta que lleva a las jaulas salió un policía, se escondieron y antes de que el policía cerrara la puerta, estos corrieron contra el y lo tiraron, este se golpeo en la cabeza y cayo inconsciente, en pocos segundos, un charco de sangre comenzó a surgir de la cabeza del hombre, los niños estaban estupefactos ante esto, no querían seguir pero ya no había marcha atrás, debían continuar, tomaron las llaves del cinturón del cadáver y abrieron la puerta.

El lugar olía horrible, a pesar de no haber muchos presos, fue difícil encontrarlo entre las personas con uniforme naranja, la tristeza se sentía en el aire, algunos los veían con curiosidad mientras que otros los veía indiferentes. Después buscaron en el segundo piso donde se encontraba el área para los menores de edad, silencio total, a excepción de un ligero llanto en lo mas profundo, los amigos avanzaron temerosos por el desolado lugar hasta que llegaron a la celda. El pequeño estaba encorvado, tirado en el suelo, los amigos sintieron tanta tristeza que no sabían como llamar su atención, entonces una voz de niño pequeño se escuchó detrás de ellos.

"¡Hola!"

Cuando voltearon, la criatura que observaba al chico tras las rejas le llamaba, el niño se levantó y se acercó a las rejas, les preguntó que hacían ahí, y estos contestaron que lo sacarían. Abrieron la jaula y se dirigieron a la salida, entonces un policía entró y les ordenó que se detuvieran, bajaron las escaleras corriendo, uno de los amigos se tropezó y golpeo en la cabeza muriendo al instante, lo trataron de arrastrar, pero un disparo impactó en la pierna del segundo amigo, corrieron a la salida ayudando al herido a avanzar, al cruzar la calle, un amigo tropezó, un auto a toda velocidad llegó y lo arroyó.

El último de los amigos ya no quería continuar, el dolor de la pierna desangrando no lo dejaba avanzar, el pequeño lo trataba de ayudar a avanzar, pero no podía.

"¡Corre!"

Le gritó múltiples veces al pequeño, pero este no se quería ir, no quería dejarlo, y de pronto, un fuerte disparo se escuchó, mientras gotas de sangre manchaban el pavimento.

Una historia de terrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora