Parte 2

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En algún lugar nórdico del mundo...

Los sonidos de los animales nocturnos hacen que la joven se despierte lentamente.

Al abrir sus ojos, ella se ve acostada en una cama llena de cobijas.
Esto sin duda la sorprendió ya que no podía recordar como llegó ahí.
Así que reviso sus heridas y éstas estaban remendadas y bendadas.

Muy extrañada, se levanta con algo de dolor y se acerca hasta la puerta, pero justo cuando estaba por abrirla, ella se sorprende de ver que alguien estaba abriendo la puerta desde afuera.
Así que la chica corre lo más rápido que puede y se acuesta nuevamente en la cama, se cubre con la cobija y luego asoma lentamente su mirada para ver de quien se trataba.

Es cuando se da cuenta de que un joven estaba parado frente a ella, cayado y viéndola fijamente.

Ambos se miraron por unos minutos y sin decir nada, él camina hasta la cocina y coloca sobre la mesa, un saco con algunas frutas.

Esto era extraño para ella, así que se decide levantar y caminar hasta él.

-Oye... Tu me salvaste!? - pregunta.

Pero el chico solo la ve rápidamente de reojo y continúa sacando la fruta sin decir nada.

-Gracias... Supongo! Pero creo que ya me tengo que ir! - dice ella.

Pero el chico sigue sin responder.

-Me llamo Sefora! Como te llamas tu!? - insiste.

El joven la voltea a ver y sin decir nada nuevamente, solo asienta con la cabeza y vuelve a sus actividades.

- Deacuerdooo... Creo que tengo que irme! Gracias por todo! - camina hacia la puerta.

En ese momento que ella está por salir, se escuchan personas en caballos, afuera de la casilla. Ella se asoma por una vertura entre la madera y se asusta de ver que se trataba de un escuadrón de los vikingos invasores.

Sefora retrocede varios pasos hacia atrás y se topa con el chico que la salvo.
Ella lo voltea a ver y éste le muestra un escondite bajo el suelo de madera.
Al entrar al pequeño espacio, el joven cierra la pequeña puerta y pone un tapete para que no la vean y justo a tiempo, ya que la puerta principal es abierta violentamente por una pata de uno de los vikingos.

-OYE TU!! ermitaño!! Has visto a una joven con vestido real azul!? - pregunta.

Pero el joven no responde.

-Que te pasa!? No vas a responder!? - lo sujeta del pecho.

El chico solo les queda viendo pero sin decir nada.

-Dejalo!! Este inútil ermitaño es un mudo!! - se burla de él.

En ese momento, el vikingos que sostenía al joven, lo suelta y lo deja caer de espalda al suelo.

Enseguida ellos se marchan pero no sin antes llevarse algo de fruta y tirar la mesa mientras se reían de él joven.

Después de esto, él se levanta, se sacude y acomoda nuevamente la mesa en su lugar, para después cerrar la puerta y verificar de que ya se han marchado los hombres.

Luego ayuda a Sefora a salir de su escondite.

Ella al verlo, se lanza sobre el cuello del chico y lo abraza mientras sus ojos lloraban.

-Gracias! - dice con voz quebrada.

El joven se extraña un poco y la aparta para traer un poco de carbón.
Ella se limpia las lágrimas de los ojos mientras ve al joven acercarse a ella nuevamente. Él toma una pieza  de carbón y en el suelo escribe su nombre.

Sefora se le queda viendo y con un poco de dificultad lee lo que él escribió.

-Selcius!? Te llamas Selcius!? -

Él sienta con la cabeza.

-Que lindo nombre! - sonríe algo sonrojada.

otra historia de vikingos Where stories live. Discover now