Capítulo IV: Un cambio parte 3

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 A pesar de que no tenía garras y no le haría el mismo daño, con mi mano izquierda le pique los ojos. Oí como chilló herida, y yo aproveché que tenía los ojos cerrados para sacarme un pedazo de vidrio que hasta ahora me había dado cuenta que se me había clavado en la pierna. Mordiéndome la lengua para que no me doliera tanto, lo saque rápido y con un pequeño impulso.

─ ¡Niña insolente! ─En el momento en que apartaba las manos de su cara, le hice un corte que le atravesó el rostro desde la ceja hasta la barbilla, pasando por uno de sus ojos.

─ ¡¡¡¡Kiahhhhh!!!! ¡¡¡Niña del demonio!!! ─grito la bruja al verse por un momento cegada─ ¡¡¡MALDITA HANYOU, DE ESTA NO TE SALVAS!!!! ─Seguía retorciéndose la bruja, derrumbando en su camino la mesa de por sí ya bastante desgastada. Otra cadena apareció en mi mano izquierda, pero a diferencia de las veces anteriores, esta se enterró con varias púas alrededor de mi muñeca, seguida del bendito corrientazo de energía que parecía querer atravesarme, pues este no solo paralizo y recorrió mi brazo, sino que esta vez todo mi cuerpo se vio azotado por la descarga.

─ ¡¡¡Iaaaahhhh!!!! ─Me vi envuelta por las llamas que pasaron a ser amarillas como el oro fundido. Sintiendo ahora como hasta mi alma se resentía con el fuego.

» ¡¡¡Déjame pinche magissa!!! ─Le grite insultándola en el idioma de mi pueblo. Como resultado varias púas terminaron de cubrir mis tobillos y muñecas.

» ¡¡¡NOOOOO!!!

─ ¡¡Esto es lo que te pasa por tratar de pasarte de lista!! ─Un látigo apareció en su mano mientras yo seguía recibiendo esas descargas de dolor que hacían que me retorciera gesticulando muecas por el sufrimiento...

¡¡¡AHHHHH!!! ─Un nuevo grito atravesó la noche, brotado desde lo más hondo del alma de la niña al recibir un latigazo a lo largo de su cuerpo, rasgándose su hermoso kimono.

─ ¿Verdad que duele? ─pregunto sádicamente la bruja, con la sangre todavía escurriendo en su barbilla y con un ojo cerrado por la herida que esa mocosa le había provocado─. Pues a mí también me duele lo que le hiciste a mi bello rostro ─dijo lastimeramente con lágrimas de cocodrilo en los ojos.

"¿Bello? Tiene que estar bromeando" con dificultad abrí mis ojos castaños, pero poco fue lo que pude ver. El fuego seguía bailando a mi alrededor quemando implacable, pareciendo incluso que se incrustaba como agujas a través de las heridas por las que seguía brotando mi sangre. Una sonrisa apareció en la cara de esa magissa al ver escurrir mi sangre por entre mi vestido y cómo, junto con el resto de esta, caía al suelo, formando un charco a mi alrededor. Si no fuera por las cadenas, que ahora eran perfectamente visibles, estaría derrumbada en el piso desde hace rato.

Mi respiración seguía tornándose cada vez más agitada, el seguir respirando era un trabajo arduo, pues con cada inhalación el fuego parecía querer quemarme desde adentro. Gotas de sudor recorrían mi cara, y estas ardían como si se tratara de alcohol "¿Qué es lo que quiere esta mujer?" pensé al ver como se acercaba un poco hacia mí.

─Si dices que lo lamentas y me serás leal puede que te libere... ─propuso esta como si no me hubiera herido en prácticamente todas mis extremidades.

Al no obtener respuesta su rostro se tornó serio. Y con una elegancia que no parecía de ella encerró mi cuello con el látigo, ahorcándome en el proceso, y trancando a medias mi respiración "Ya no me vuelvo a quejar de que me duele" Creí haberte enseñado que cuando te hablan tienes que responder ─recordó la bruja.

─ ¿Es... que...acaso...eres...bi...polar? ─Le pregunte ya hastiada de esta situación tan ridícula. Ella aumentó la fuerza con la que el látigo me apretaba.

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⏰ Last updated: Aug 01, 2019 ⏰

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