Cuando Rembrandt volvió a su ciudad natal comprendió, casi en cuestión de segundos, efímeramente, que hizo lo que tuvo que hacer. Pablo, durante su estancia en Nápoles, recordó los trazos y la técnica del gravado italiano, tan lineal como su alma y tan disperso como su espíritu, efímeramente.
mucho se comentaba sobre lo que se descubrió del arte (de ella) y sobre lo que no se descubrió de él (de ella); Pablo ya no supo si perdió la cabeza por el arte (por ella) o por ella. Tenía la insensatez visible aún de la posibilidad de matarla pero no lo hizo, efímeramente, por el arte, por ella, (por ella) ..
