A la Luz de la Luna en la ¿Piscina?

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Nuestra primera salida fue de lo mejor, el cine, la cometecia y terminar con un buen helado. Fue perfecto.

Sin embargo, esa fue una cita de amigos, no, solo fue una salida de conocidos. Ahora todo era distinto porque mi cita como más que amigos, pero menos que enamordos estaba a punto de empezar.  Y si no fuera por la multitud de gente que hay alrededor mío, me hubiera desmayado por los nervios y la ansiedad o estaría gritando de la emoción asustando así a toda esta gente.

"Bonnie Dagger relájate, respira y exhala de forma lenta. No quieres morir ahora"

―Bonnie― y mi corazón se volvió loco con solo escuchar su voz. Volteé a verlo, y mi mirada se centró en sus ojos apenados; no estés triste Bon por ti si de mi depende esperaría hasta la muerte.― Disculpa la demora, surgió algo en el trabajo en último minuto y,... ¿llevas mucho esperando? ―negué apresurado. No quería que sepa que estaba esperando como media hora, y que los primeros veinte minutos estaba tan nervioso que estaba pensando en huir del lugar y cambiarme el nombre. Lo ví confiado para que cualquier duda en su cabeza se disipase, y al parecer eso funcionó muy bien.― Si lo pones así... En serio que lo siento, Meg me puso a arreglar las cosas que Joy no pudo porque salió con su novio... Ya  sabes lo típico.

No lo quería interrumpir, pero enserio que no eran necesarias las exlicaciones; no cuando toda mi mirada esta en el cuerpo del chico. Se veía de maraviilla,un jean azul oscuro pegado le hacia justicia a la figura de Bon,  y ni hablar de la holgada camisa que llevaba.  Con razón las personas estaban viendo hacía aqui, mi lindo no-novio estaba deslumbrante, lastima; porque pronto pasaría aser mi novio, claro si no moría de vergüenza en el intento.

―Es curioso ¿sabes? ― deje de "comerlo" con la mirada, y me centré en sus ojos esmeraldas que me miraban con genuina diversión, ― conozco al recepcionista, es el hermano del novio de Joy; y  sabe me ha dicho otra cosa totalmente diferente ¿algo qué tengas que decir Valentine?― chismoso recepcionista se supone que eso no debía saberlo él; y malvado Bon por conocer a mucha gente. 

Maté al recepcionista con la mirada, que pena que el no lo vio.

― Llevo como media hora esperando, pero es que no sabía como llegar y no quería ser yo el que se demore,― río divertido y lo acompañe en su diversión. Poco después se sento frente mío tomando mi mano, comenó a jugar con mis dedos; y yo sentí mi cara arder.― ¿Qué...qué vamos a ordenar?

―Todo lo que queramos ―me pierdo en el brillo de sus ojos, y decido no sobrepensar las cosas. El toma un largo tomo de aire y me ve decidio,― te prometo no volverte hacer esperar― sé que dice la verdad, asiento feliz y le sigo el juego con nuestras manos―. Ahora que comience nuestra primera cita. 

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La cena fue relajante, la comida deliciosa y ni hablar del postre. También conversamos, primero fueron cosas sin sentido para pasar después a cosas más personales, nuestros gustos, familias, pasatiempos y amigos. Descubrí que tenía cosas en común con Bon; como que a ambos nos gusta tocar la guitarra o que de pequeños soñamos con ser unos guitarristas profesionales que recorrieran el mundo. Pero tambien nuestras diferencias, a Bon le gustaban las cosas saladas no como a mi que amo lo dulce. Fue entretenido, pero no duradero, nuestra charla había sido tan agradable que el tiempo paso rápido.

Pensé que ya nos íbamos a casa, fui ingenuo.

―No acaba aún Bonnie― me extendió su derecha y la tomé sin duda alguna. Salimos del restaurant para darnos cuenta de que la luna había salido junto con las estrellas―. Justo como lo planeé... ¿Te gusta la playa?

―Si me gusta pero que yo sepa no hay ninguno cerca.

―Tienes razón no lo hay, pero podemos improvisar una.

Y si que lo había hecho. Fuimos a una piscina que quedaba casi al centro de la ciudad, yo iba al lugar cuando tenía tiempo, pero ahora no mucho que digamos. Subimos la no tan lata cerca que lo rodeaba, me sentía como un ladrón por eso. Mis ojos se abrieron cuando vi que entre dos sillas una botella de vino se visualizaba ¿Cuándo y cómo Bon había preparado todo? Fuimos hasta ellos y cada uno se sentó en uno, nuestras manos se entrelazaron de nuevo. Veíamos el firmamento lleno de estrellas tan inmenso que parecía no tener fin, y con la hermosa luna saludándonos tan brillante que sí no lo veía con mis propios ojos no me lo podía creer, el aire era refrescante para ese entonces. Había tenido razón, era perfecto.

― Me gustas Bonnie... Me gustas mucho―sentí mi corazón detenerse. Temblé, pero no solté su mano― N-no importa si no sientes lo mismo. Quería decírtelo.

Iba a contestarle, decirle lo que sentía. Lo iba a ser, lo juro.

― ¡¿Ustedes dos que hacen aquí?!

Aquel guardia (que dé paso arruinó nuestra declaración) nos hubiera atrapado de no ser por Bon qué tomo mi mano y nos sacó de ahí. 

30 DíasWhere stories live. Discover now