𝐿'𝑒𝑠𝑠𝑒𝑛𝑧𝑖𝑎𝑙𝑒 𝑑𝑖 𝑜𝑟𝑠𝑜 » ᴋᴏᴏᴋᴊɪɴ

Capítulo Seis

JungKook ató las cuerdas de sus pantalones cortos mientras corría por las escaleras. Su oso le gritaba para volver a SeokJin, que había estado fuera demasiado tiempo, aunque sólo habían sido un par de minutos. Sin embargo, había una ligereza en sus pasos que saltó por las escaleras. Tenía un compañero.

JungKook no podía esperar para presentar a SeokJin a YoonGi, TaeHyung, y JiMin.

Los tres hombres habían sido sus mejores amigos durante más años de los que podía recordar.

Eran como uña y carne, como a su madre le gustaba decir. Habían comenzado jugando juntos en el patio y habían ido a través del descubrimiento de las niñas, y luego los chicos. Habían cuidado las espaldas unos de otros, tenían tareas prestadas, y se respaldaban entre sí cuando se metieron en problemas. Ellos eran los mejores amigos.

Y JungKook sabía que iban a adorar a SeokJin.

JungKook saltó el último par de pasos, en su afán de llegar a SeokJin haciendo de él un poco menos cuidadoso de lo que sabía que debería ser. Su madre tendría su cabeza si ella lo veía venir por las escaleras tan rápido.

―Oh, hey, JungHyun. ― JungKook sonrió cuando vio a su hermano mayor por el pasillo hacia la parte posterior de la casa. El hombre estaba en casa con licencia del servicio. Había sólo un par de años entre ellos pero estaban bastante cerca. JungHyun era otra persona que JungKook no podía esperar para presentar a SeokJin.

―Hay alguien que quiero que conozcas.

― ¿Él del pelo rubio miel?, ¿No muy alto? ― JungHyun levantó la mano a la altura del pecho. ―¿Ojos conmovedores que te dan ganas de salir y matar algo para él?

― Así es ―  JungKook se detuvo al pie de la escalera. Miró hacia la sala de estar, una pizca de miedo encendió en sus entrañas cuando no pudo detectar a su compañero. ―Es SeokJin ― JungHyun hizo una mueca, pareciendo culpable como el infierno.

―Creo que lo asusté. ―Su rostro adquirió un tinte ceniciento mientras señalaba hacia el pasillo. ―Él se fue.

― ¡Mierda! ― JungKook saltó el último escalón y empezó a bajar el pasillo, buscando cada pulgada de su compañero. ― ¿Qué le hiciste?

―Sólo le pregunté quién era y lo que estaba haciendo.

JungKook lanzó una mirada por encima del hombro.

―¿Y?

Los hombros de JungHyun se desplomaron cuando él pasó una mano por encima de su cabeza afeitada.

―Y puedo haber sido un poco más agresivo en mi pregunta de lo que debería.

JungKook gruñó mientras apretó los puños para no golpear a su hermano.

―Entonces ayúdame, si no fueras mi hermano…

― JungKook, él es humano. ― JungHyun hizo un gesto con la mano hacia la habitación. ―Estaba de pie allí solo. No tenía idea de dónde estabas, dónde mamá y papá estaban. Era sólo este humano que no conocía de pie en mi sala.

Kook entrecerró los ojos.

―¿Tienes un problema con los humanos?

JungHyun parpadeó como si él ni siquiera hubiera considerado que Kook pensaría eso.

―No. Tengo un problema con extraños en mi casa.

―Es la casa de mamá y papá, ― JungKook recordó a JungHyun mientras recogía sus pasos. Cuando llegó al otro extremo del pasillo, giró la esquina hacia la cocina. ―Mamá, ¿SeokJin no entró aquí?