3 - 'La vuelta a casa'

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Ayer fue el cumple de nuestra alcaldesa de confianza. FELICES 99 AÑOS VEE <3


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La vuelta a casa

—¿Qué se supone que tengo que hacer? —pregunta un muy molesto Albert al otro lado de la llamada.

Sylvia, no muy lejos de él, suelta un gruñido de exasperación.

—¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡Háblale!

—¿A quién?

—¡A Vee!

—¿Se te ha ido la cabeza? ¡Genevieve no está aquí!

Por el estruendo que se oye al otro lado de la línea, me imagino que Sylvia ha perdido la paciencia y le ha estampado el móvil contra la oreja.

—¡HABLA POR EL TELÉFONO!

—¡No le hablaré a un trasto inútil!

—Albert, estoy aquí —intervengo antes de que se maten—. ¿Puedes oírme?

Por su silencio estupefacto, deduzco que sí.

—Así que a esto se refería la pequeña amargada —murmura, pasmado—. ¿Tú también puedes oírme? Esto es fascinante.

—Puedo oírte, y no te recomiendo llamar pequeña amargada a Sylvia cuando está tan cerca de ti y no tienes a Foster para salvarte.

—Puedo manejar a una humana irritable —me asegura—. ¿Cómo ha ido? ¿Habéis conocido a Alexa?

Echo una ojeada por encima del hombro. Seguimos en su despacho, solo que yo me he apartado a la zona de las ventanas y ellos dos siguen hablando junto al escritorio. O debería decir que uno de ellos habla, porque Foster no dice gran cosa. Solo se echa ligeramente hacia atrás cuando ella extiende una mano en su dirección para tocarlo.

—Sí —mascullo—. Muy cariñosa.

—¿Eso que detecto es irritación? Confirmo que la has conocido.

—¿No había nadie más que pudiera ayudarnos? —pregunto en voz muy bajita—. No parece muy... em... estable.

—Será porque no lo es. ¿Crees que si hubiera alguna otra opción habría acudido a ella?

En eso tiene razón.

—Vamos a volver muy pronto—le informo en un tono más calmado—. ¿Todo bien por ahí?

—Sin más problemas de los habituales, aunque te adelanto que cuando llegues te estará esperando un buen montón de papeleo.

Después de todo lo que he pasado, creo que un montón de papeleo no conseguirá acabar con mis nervios.

Nunca subestimes el poder de la burocracia.

—Me las apañaré —aseguro—. Tengo que colgar, Albert. Nos vemos.

—Recuérdale a Foster que no debe permitir que te metas en problemas.

—¿Y por qué no puedes decirme a mí que me ocupe de él?

El silencio hace que me ruborice. Casi puedo visualizarlo enarcándome una ceja con una mirada juzgadora.

—Deja de decir chorradas —concluye—. Hasta pronto, Genevieve.

Nada más colgar, me acerco a mis dos nuevos compañeros de viaje. Foster parece agotado de estar aquí con Alexa, mientras que ella luce una sonrisa encantadora. Cualquiera diría que esto es lo más interesante que le ha pasado en una buena temporada.

El rey de las sombras #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora