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Un par de horas habían pasado desde que Aldo y Madison quedaron solos en aquella casa.
Como era de esperarse ninguno estaba contento con la situación y eso estaba bastante claro, las expresiones en sus rostros lo decían, no podían ocultarlo, pero gracias a los planes macabros de Juan Guarnizo, ambos debían convivir juntos, debían soportarse, debían respirar el mismo aire y tenían que cruzar palabra quieran o no.
Sin duda alguna serían días largos, intensos, desagradables, llenos de sorpresas y de mucha tensión.
Eso era lo más divertido de los enemies to lovers, toda esa tensión tan fuerte que se sentía cuando la pareja se juntaba.
Aldo jugueteo con el tenedor una vez terminó de comer y le lanzó una mirada llena de enojo a Madison, la colombiana no se quedó atrás e imitó el gesto del pelinegro, si Aldo quería guerra Madison le daría guerra.
Ambos estaban sentados en el comedor, uno frente al otro, con los ojos llenos de enojo, las mandíbulas apretadas, las palabras en la garganta listas para salir como si fueran veneno letal y con las manos hechas puños para evitar lanzarse algo, asi estaban las cosas entre Aldo y Madison, tan caóticas como siempre.
── Sabes que puedes irte cuando quieras y no me importaría ── Murmuró Madison.
── Créeme lo llevo pensando desde que puse mi trasero aquí... ── Dijo el pelinegro sin dejar de mirar a la castaña.
── ¿Y entonces, porqué no te vas? ── Cuestionó la colombiana ── La puerta es ancha y larga, puedes irte cuando quieras, no te necesito.
Aldo entrecerró los ojos y relamió sus labios ── Aprecio mucho mi vida reina, no quiero que tu hermano me asesine, soy muy guapo y joven como para morir.
Madison soltó una risa sarcástica y jugueteo con el borde de su copa de vino, su dedo indice repaso el cristal con mucha suavidad ── Eres todo menos guapo y joven querido ── Atacó la chica ── ¿No te haz visto en un espejo?
── Oh claro que me he visto en un espejo ── Respondió Aldo ── Por eso digo lo de guapo y joven ── Madison alzó una ceja y una sonrisa burlona se extendió por sus pomposos labios teñidos por el vino ── Soy todo un galán Madison, solo que tu no lo ves.
La colombiana rodó los ojos y tomó su copa de vino para darle un último trago. Aldo era cada día más odioso── Por esa y más razones, te odio como no tienes idea Aldopiedra── Confesó la castaña mientras se levantaba de la mesa.
Aldo sonrió con burla y chasqueó la lengua ── El sentimiento es mutuo mi reina ── Dijo el chico.
── Te haré la vida imposible si no te vas de esta casa ── Advirtió la chica antes de darse medía vuelta y comenzar a caminar hasta su habitación con Brad, Nicki y Lara detrás de ella.
El pelinegro frunció el ceño cuando vió que la chica se retiraba del comedor y dejaba los platos sucios sobre la mesa ── ¡Oye, vuelve aquí! ── Gritó Aldo para llamar la atención de Madison ── ¿Acaso no piensas lavar los platos?
