Capitulo 7

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Sábado en la mañana, me desperté por el olorcito a panqueques que venía de la cocina. Seguro Anahi estaba haciendo el desayuno. Me levanté y me dí una ducha. Cuando bajé el desayuno estaba en la mesa.

- Buenos días. – Dije sentándome en la mesa.
- Bueno días Blue. – contesto Danny
- Parece que alguien está de buen humor. – Dijo Anahi sentándose en la mesa.
- Si ayer pasé una tarde maravillosa con Ashley.
- Ashley es la chica que vino a casa? – preguntó mi hermano.
- Si.
- Ayer salí de mi habitación sin remera y literalmente tiro baba. – Dijo presumido. Anahi y yo fruncimos el ceño.
- Mira quien habla de tirar baba... - Dije riendo. – Hasta por poco no le sacabas fotocopia con la mirada a Anahi. – Las dos reímos.
- Azul cállate. Después hablamos de eso. – Susurró Danny sonrojado.
- Esta bien. – Reí. – Que te dijo él jefe?
- Todo está bien. Hoy le comenté sobre la fiesta de Mason "besucón" Walsh – Dijo haciendo irónicamente.
- Daniel... - Advirtió Anahi.
- Dijo que es la ocasión ideal para completar la misión. – continuó Daniel tomando café.
- Perfecto. – Añadí. – Ese día en la mañana terminaré con todo esto.
-En la mañana? – preguntó Danny confuso.
- Esperas que mate a Walsh chico y Walsh grande en frente de un montón de adolescentes? – Dije.
- aaaah. – Dijo él. – Entonces en la mañana.

Terminé de desayunar y me puse ropa cómoda, iría a correr.

- Anahi volveré dentro de 1 ahora, iré a correr. – Le dije antes de salir por la puerta.
- Okay.

Comencé a correr despacio, no quería cansarme tan rápido.
Por el vecindario no se veía nadie. ¿Seguirían durmiendo? Me había olvidado mirar el reloj antes de salir.
Corrí tres cuadras más y me percaté de que era la cuadra de los Walsh. En muy poco tiempo pasé por frente de su casa. Por curiosa miré y lo vi a él , sin camisa lavando el auto. Era como esas fantasías de película, todo ocurría en cámara lenta. Al parecer se había dado cuenta de que lo había mirado y me sonrió. No pude evitar sonreír... Estaba embobada mirando ese físico cuando de repente choqué contra un poste de luz.

- Puto poste. – maldije en susurro, mientras me tocaba la cabeza.

Mason no tardó más de 10 segundos en salir y asistirme.

- Estas bien? – Dijo preocupado.
- Si, es sólo un golpe. – Dije levantándome. "Que vergüenza"
- Azul , te está saliendo sangre. – Dijo. – Será mejor que te lleve adentro y te cure.
- No, no quiero molestar. – Dije negándome.
- No molestas. Ven... - Tomó Mi mano.

Entramos, la casa parecía estar vacía. Maldecía en la hora que había aceptado entrar... ¿Y si era una trampa? De haber sabido que esto iba a pasar, hubiese traído un arma escondida, pero por las dudas estaría alerta.

Un silencio espeluznante había en la atmósfera por primera vez sentía algo de miedo... Y más con lo de la conversación de ayer.

- Sr Walsh, obtuvimos la información de que una agente anda detrás de su hijo.
- Si, yo también he escuchado eso, pero Ya hablé con Mason de eso y sabe perfectamente lo que tiene que hacer."

Subimos las escaleras y entramos en su cuarto.

- Siéntate. – Dijo. – Ahora veamos que es lo que tienes. – Parecía un doctor de verdad.
- Es muy grave doctor? – Bromeé.
- No, es sólo un corte pequeño. - Dijo riendo.
- Gracias por ayudarme.
- Debes mirar por donde caminas. – Reímos
- Si lo sé.

Por un segundo nos miramos fijamente. Sus ojos cafés me estaban hipnotizando.

- iré Por una venda para Limpiar la sangre. – Dijo en susurro. Salió por la puerta.

"Genial Azul, ahora ve la forma de salir de esta casa."

Salí de la habitación y miré hacía los dos lados. No se veía a Nadie. Me dirigí silenciosamente a las escaleras, Pero Mason ya estaba subiendo.

- Maldición. – Susurré y volví corriendo a la habitación.

Un Minuto después él entró con una venda en la mano. Se sentó a mi lado y comenzó a limpiar la herida.

- Me avisas si te duele. – dijo susurrando.
- Okay.

No podía parar de mirar sus abdominales, Estaba condenada mente genial Y Dios sabe cuanto quise morderme la lengua y no decirle – "Lindos abdominales." – El sólo sonrió avergonzado. – "Gracias." – dijo mirándome fijamente.

"Maldición, lo dije en voz alta"

Lentamente me fui acercando...

  Dos centímetros, sólo dos centímetros faltaban para unir nuestros labios.

- Eres hermosa. – susurro. Sin más espera sus labios chocaron contra los míos en un dulce beso. En mi interior sabía que estaba muy mal y que si Daniel se enteraba era capas de venir el mismo y matarlo con sus propias manos. Pero no tenía porque enterarse, pensé.
El beso se tornó un poco más apasionado, Mason comenzó a acariciar mi cintura por debajo de la remera, mientras enterraba mis manos en su cabello fino y alocado, al mismo tiempo que sentía un bulto crecer.
Poco a poco nos fuimos recostando en su cama. No pude detectar el momento en que mi remera desapareció y quedé en brasier. Él comenzó a besarme el cuello y bajar hasta mis pechos. Era una sensación indescriptible e insaciable. Cada vez que sus labios hacían contacto en mi piel, era como corriente eléctrica que recorría mi cuerpo...
Luego volvió a subir a mis labios ya introduciendo su lengua para hacerlo más apasionado. Sentí sus manos recorrer mis piernas y llegar has mis nalgas. Luego fueron directo a desabrochar mi corpiño, pero lo detuve.

- Jake, no. – Dije apartándome con la voz agitada.
- Que paso? – dijo igual de agitado. – no te gusta?
- No es que no me guste, sino que aún no estoy lista.
- Oh, esta bien comprendo. – Sonrió.

Alcé mi remera del piso y me la puse. Acomodé un poco mi cabello y le dije a Mason que debía irme.

Bajamos las escaleras y en la sala estaba su padre. Una corriente helada paso por todo mi cuerpo. La impotencia de saber que el asesino de mis padres estaba ahí y yo sin poder hacer nada.

- Oh, papá estabas aquí. – Dijo Mason sorprendido.
- Si me levanté por un vaso de agua. – Me miró. Su expresión era seria. – Quien la señorita?
- Ella es una amiga. Azul él es mi padre. Papá ella es Azul.
- Un gusto. – Extendió su mano.
- No, por favor, el gusto es mío. – La tomé. Un escalofrió se apoderó de mi cuerpo.
- Bueno, volveré a la cama. – Dijo y se fue.

Mason y yo salimos.

- Am bueno, nos vemos. – Dije una vez en la puerta.
- Claro. – Dijo. – Me preguntaba si después quieres ir a Tomar un helado.
- Por su puesto. Te veo luego. – Besé la comisura de sus labios.
- Adiós. – Sonrió.

Volví a casa lo más rápido posible. Quería patearme. No podía creer que estaba a punto de tener sexo con él. No sabía por que demonios me había dejado llevar por sus besos. Aunque debía admitir que me había gustado.

Cuando entré a casa Anahi y Daniel estaban abrazados viendo una película, cuando me vieron entrar inmediatamente se separaron.
- Hola Llegaste temprano. – Dijo Danny.
- Perdona si no te di tiempo de besar a Anahi. – Dije riendo. Los dos se ruborizaron.
- Que te paso en la frente? – Preguntó Anahi.
- Esto? - Toqué mi cabeza al recordar lo que había pasado. – Nada solo no mire por donde iba y choqué con un poste de luz. – Danny carcajeó.
- De que te ríes? No es gracioso. – Fruncí el ceño.
- Lo siento, pero te imaginé chocando con el poste.
- Mejor cállate, si no quieres que te haga pasar vergüenza. – subí una ceja.
- Y que sabes tú? – Dijo retador.
- Anahi... - Dije. – Sabes, Danny tomó Biberón hasta los 12 años. – Solté conteniendo la risa. Él abrió me miro molesto y Anahi Moría de la risa.
- Okay. – Dijo.– Eso no fue gracioso.


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