Capítulo 16

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Me desperté envuelta en las sábanas blancas de Mason. Él aún dormía, como un ángel. Esa noche había sido la mejor noche de mi vida.
Giré mi rostro para ver el reloj de la pared de la habitación de Mason. 10:30hs

- ¡Dios! – Susurré. – Daniel debe estar preocupado. – Tomé mi celular.

Tenía más de diez mensajes y llamadas perdidas de él y Anahi. Apagué el celular... Era hora de completar mi misión. Me levanté sin hacer ruido y me cambié la ropa. Busqué mi bolso para sacar el arma.
Cuidadosamente coloqué las balas y me fui hasta el lado de la cama de Mason. Me senté y lo vi, tan perfecto como él sólo.
Varias lágrimas recorrían incesantemente mis mejillas.
- Muy bien, Es hora. – Apunté directamente en su frente. – Supongo que te extrañaré.

Miré dos segundos su rostro... y tomé con fuerza el arma decidida a apretar el gatillo.

- No puedo. – Suspiré. – ¡No puedo hacerlo!

Bajé el arma y me la coloqué en la cintura. Primero iría por su padre.

– Narra Mason. –

10:11 hs de la mañana. El movimiento de Azul entre las sábanas me había despertado. Aún no podía creer que se había entregado a mí y cada vez más me convencía de que la amaba más y más.

Estaba perdidamente mirándola dormir, se veía tan linda con sus cabellos revueltos... Hasta que se movió despertándose, decidí hacerme el dormido.

Sentí como se levantaba de la cama, con los ojos entre cerrados vi que  iba por su bolso y la vi cambiarse, tenía unas ganas tremendas de ir abrazarla por detrás pero en eso saca un arma del su bolso.

- ¿Qué demonios...? –  Y ahí  caí en cuenta de que ella era la agente que papá quería asesinar, ahora iba a ser yo el asesinado. Quería salir corriendo pero también fallaría en el intento. Me quedé quieto fingiendo dormir y luego sentí como se sentaba en la orilla de la cama.

- Este es mi fin. – Pensé. Pero luego la oí arrepentirse. – Aún me ama. – Un brillo de esperanza nacía en mi interior. Sentí como la puerta se abría.
Rápidamente tomé un pantalón y una remera. Fui silenciosamente hasta el armario de papá y saqué un arma. Fui cautelosa mente detrás de ella.
Observe como entraba en la habitación de mi padre.

- ¿Qué hace? – Me pregunté.

 Mi padre entró y cerró la puerta, cinco segundos más tarde .

- Oh no. – Susurré. Fui hasta ahí y me pegué bien contra la puerta para escuchar.

– Narra Azul. –

Entré en la habitación de su padre. Tal vez ya habrían llegado. No había nadie en la habitación, que raro, según Mason volvían en la mañana. ¿Habría sido una trampa?

Miré por debajo de la cama, en el ropero, en el baño privado pero no había nada. Cuando salí...

- Así quería encontrarte perra. – Me giré rápidamente.
- Nos volvemos a ver las caras sr. Walsh. – Sonreí sarcásticamente.
- Veo que ya estuviste con mi hijo. Seguro lo mataste ¿verdad?
- Sí, pero ahora vengo por el premio gordo.
- ¿Como están tus padres querida? – rió sonoramente.
- ¡Maldito hijo de puta! ¿como te atreves a nombrarlos? – grité alterada.
- Pensaste que no te reconocería el primer día que te vi con mi hijo? – se acercó. – Tienes la misma cara de tu madre y los ojos de tu padre.
- No de ni un solo pasó más, o su cabeza volara. – Dije sacando el arma y apuntándolo.
- ¿Crees que te tengo miedo? – Rió y sacó un arma de su cintura. - ¿Qué hará la valiente Azul? -Pronunció mi nombre burlonamente - ¿Saldrás corriendo como el cobarde de tu padre?

La rabia me consumía, no aguanté y le pegué un puñetazo tirándolo al suelo, su nariz sangraba pero en su rostro aún había una sonrisa.

- Aún no entiendo como me descubriste. – Dije.
- Tal vez tu amiga te lo pueda decir. – Abrí mis ojos.
- Ashley... - Mencioné. Ashley me había entregado, una sensación de decepción atravesaba mi cuerpo.

Un fuerte dolor se apoderaba de mi pómulo. Jeffrey Walsh me había encontrado con la guardia abajo. Caí al piso y luego pateó el arma que se encontraba en mi mano. Estaba totalmente indefensa.

- Matarte será tan fácil como cuando maté a tus padres. – Me apuntó con su arma. – ¿Alguna última palabra Azul? – Sonrió.
- Púdrete en el infierno. – Lo escupí. Cerré mis ojos esperando que el disparó saliera, hasta que un estruendoso ruido se escuchó. Me quedé inmóvil 3 segundos y luego abrí lentamente mis ojos.
Vi como el cuerpo del señor Walsh estaba tumbado a mi lado y un charco de sangre se empezaba a formar. Inmediatamente dirigí mi mirada hacía el frente y lo vi... Mason estaba sosteniendo un arma. Él había salvado mi vida. 

O tal vez no...

- Mason... - Susurré. Él seguía apuntándome con la pistola. Se acercó.
- Me mentiste, me engañaste, me enamoraste e ibas a matarme Azul...- Pude ver su dolor reflejado en los ojos
- ¡Anda, dispara! – Ordene. – Me lo merezco.
- Si, pero ¿sabes que es lo peor de todo Azul? ...Es que al contrario tuyo, yo no sabia que esto era solo un juego, ¡yo me enamore de verdad Azul!, ¿entiendes eso?- Lagrimar empezaron a rodar por mis mejillas, él tenia razón, lo use... Y no merezco su perdón.

- Lo lamen...- Él me interrumpió.

- Solo quiero saber algo Azul, ¿En algún momento llegaste a sentir algo por mi? - Esto me rompía el alma.

-Claro que si Mason, si no, ¿no crees que te hubiese matado ya? - Dije sollozando

  ÉL tiró la pistola a un costado y me tomó de la cintura uniendo nuestros labios en un beso. Al principio estaba quieta, sorprendida por su reacción,  luego se lo seguí. Este era un beso distinto a los de antes, este era un beso que ambos necesitábamos, mezclado con lagrimas y sollozos.

- Por qué sigues haciendo esto? – Pregunté cuando al separarme de él.
- Porque yo haría cualquier cosa por ti.
- Pero es tu padre...
- Él se lo merecía más que nadie.-Mató a tus padres Azul

Unas sirenas se escucharon afuera, le dije a Mason que se calmara. Que yo arreglaría todo y me haría cargo.

Después de hablar con los policías y explicarles la situación, se llevaron el cadáver.
Urgente llamé a Daniel y le conté lo sucedió, me dijo que lo esperara que él llegaría en un minuto. y que él fue quién llamo a la policía, ya que no tenia noticias de mi. Afortunado ¿No creen?

Esperé un rato y luego lo vi bajar del auto.

- Danny... - Él me interrumpió lo que iba a ser una gran explicación abrazándome fuertemente.     - Tenía tanto miedo por ti. Me asuste. ¿No te hicieron nada? ¿Qué pasó? ¿Y Mason,Dónde está? – Preguntó.

- Hey tranquilo.. – Reí. – No me hicieron nada, él está declarando con la policía.
- ¿Porqué Demonios no atendías el celular Blue? – Dijo con el ceño fruncido, acariciando mi mejilla, donde tenia lastimado.
- Lo apagué.
- Bueno, lo importante es que estas a salvo. – Me volvió a Abrazar.
- Disculpen la interrupción. – Dijo un policía. – Pero tengo entendido que usted también es un colega. – Se dirigió a Daniel.
- Si.
- Puede venir unos segundos.
- Claro.

Vi a Mason sentado en el cordón de la calle.

- Hey... ¿Que sucede? - Dije tímidamente por primera vez en mi vida.
- Mamá no vendrá. – suspiró. – No quiere saber nada de lo que pasó. Dijo que sabia que esto pasaría, que todo era mi culpa- pauso - Ella no va a perdonarme Azul. 
- Eso podemos solucionarlo.
- ¿Como?
- Te puedes quedar con nosotros. – Sonreí.
- No quiero ser un problema...
- No lo eres.
- ¿Segura?
- Sumarísima.

Mason me abrasó, era un abrasó lleno de ternura.

- Gracias. – Murmuró.
- Gracias a ti.

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