Capitulo 34 "Libre"

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Por favor, lean la nota final...

 

 

Liam.

Habían pasado tres días exactamente desde que yo había salido de prisión, tres días libre… pero no parecía.

En mi cabeza no podía estar jamás tranquilo, porque siempre pasaban los recuerdos como fotografías en serie, y eso me estresaba. Se supone que tendría que olvidar todo aquello, rehacer mi vida y olvidar a Niall… pero era difícil, porque yo no tenía control sobre mi mismo.

Me sentía completamente perdido, sin rumbo, y sin ganas de levantarme de encima de toda la mierda en la que había caído, y es que, necesitaba a Niall, joder, lo necesitaba tanto como al mismísimo oxigeno, pero era diferente, porque el oxigeno lo podía conseguir fácilmente, lo tengo conmigo siempre, pero a Niall no lo tenía y, al pensar en ello, me daban unas autenticas ganas de irme al rincón más lejano a llorar con autentica amargura, a reprocharme una y otra vez el habernos metido en semejante embrollo, -porque hacerlo solo en la noche ya  no me era suficiente-.

Al menos no estaba en la calle. Luke –mi amigo que era policía- había hablado conmigo, diciéndome que me comprendía, aunque fuera de alguna manera retorcida pero lo hacía, me había ofrecido quedarme en su apartamento mientras yo decidía que hacer con mi vida. Había sido muy amable a pesar de todo. Al menos no estaba sólo.

Le agradecería a Luke infinitas veces el haberme dado apoyo en esos momentos, pero, aunque el me hubiera ofrecido su casa y alimento aun me faltaba compañía. Me sentía como un niño pequeño cuando Luke se iba al trabajo, porque me quedaba solo, dejando que los demonios en forma de pensamiento invadieran toda mi mente terminando siempre tendido en la cama y llorando por algo que jamás regresaría a mí.

Mi Niall

…Mi ángel

… Mi vida.

Louis.

Niall había salido del hospital hacía ya tres días, el doctor le había recetado una infinidad de medicinas diciendo que lo ayudarían a recuperar el peso perdido en los últimos meses y a subir sus defensas. Recuerdo que mientras Niall se cambiaba en el baño del hospital el doctor se me había acercado y me había entregado un frasco blanco de pastillas.

“Son antidepresivos” –me había dicho. –“Asegúrate de que los tome todos los días”.

Y fue en ese momento en el que me sentí muy mal.

¿Cómo habías llegado a tal punto?. Digo, habías pasado ya por tres juicios en la corte, Niall estaba yendo al psicólogo e intento suicidarse una vez, había ido a un centro de rehabilitación y ahora estaba saliendo del hospital y además de todo eso, el necesitaba antidepresivos para no tener crisis. Mi hermano estaba deprimido, demasiado, y yo debía soportar el verle así.

Desde que habíamos llegado a la casa luego de salir del hospital, Niall no hacía nada más que dormir, se acostaba un poco antes de las seis de la tarde –sin cenar- y se levantaba a eso de las cinco de la mañana a encender el televisor de la sala y se sentaba en el sofá a mirar a la nada, sin dirigir la vista al aparato que encendía solo porque sí. A veces, podía escucharlo reír e incluso hablar solo, y eso me ponía los nervios de punta; tal vez el no estaba volviéndose loco, pero lo parecía –demasiado-.

Pero suponía que todo eso estaba bien, Niall había pasado por mucho y merecía actuar de la manera que le hiciera sentir mejor –aunque no sabía si eso lo hacía- el punto era que yo le soportaría eso, dejaría que el fuera como quisiese ser, porque ya no me quedaba otra alternativa. Quería convertirme en un buen hermano, comprensivo y protector, y creía que lo estaba haciendo bien, hasta una tarde…

Era el quinto día desde que Niall había salido del hospital, yo me dirigí a su habitación para ofrecerle algo para almorzar –como siempre lo hacía-, toqué la puerta tres veces pero él no contesto.

“Niall…” –le llamé. –“¿Quieres algo de almorzar?”. –pero él siguió sin contestar.

Me alarmé al no escucharle hablar así que decidí abrir la puerta, mis ojos se abrieron a igual que mi boca al ver el cuarto de mi hermano; había destrozado todo prácticamente, sus discos, las lámparas, los estantes, ¡inclusive había tirado al suelo el colchón de su cama!.

“Niall” –susurré lo más bajo posible, no sentía que la voz salía con fluidez de mi garganta, y cuando lo vi allí parado frente a la ventana juro que palidecí. Su espalda se contraía repetidas veces y lo escuchaba sollozar, me acerqué a el y lo giré para verlo directo al rostro; Niall estaba llorando, y lo había estado haciendo por un largo rato, porque sus ojos estaban enrojecidos y su nariz de igual forma.

“Oh, Nialler” –le dije para luego abrazarlo con fuerza. Mi hermano se había tensado pero luego se relajó, devolviendo mi abrazo. Técnicamente, se había aferrado a mi espalda como un pequeño koala, parecía que si el no se aferraba a mí, caería al suelo o a algo más profundo que eso, -tal vez así era-.

“¿Qué pasa, Niall?, ¿te sientes bien?” –le pregunté despacio, para que el pudiera escucharme. Y lo hizo, porque sentí como negó con la cabeza. “Creo que debería hablar con el doctor, al parecer la medicina no está haciendo efecto”.

Niall se separó de mí y me miro a los ojos, limpio con la mano derecha las lagrimas de sus ojos y luego señalo a una gaveta que estaba en el escritorio de la pared. Lo miré con el seño fruncido y el solo asintió con la cabeza, llevándose las dos manos a la boca y mordiéndose las uñas. Me acerqué al escritorio y abrí la gaveta encontrándome con una bolsa transparente que contenía algo blanco dentro… eran las pastillas.

“Quiero ir con Liam”, -me dijo. –“lo odio tanto, Louis, por favor, llévame con él, lo necesito”.

Suspire cansado cerrando la gaveta, ¿cómo debía interpretar eso?, me pedía algo y al mismo tiempo se contradecía. Yo ya no sabía que hacer, necesitaba ayuda, apoyo, o al menos hablar con alguien que no fuera el médico del hospital. Necesitaba desconectarme.

“De acuerdo, ¿Qué te parece visitar a Josh?, no lo vez desde que saliste del centro”. –y sus ojitos se iluminaron un poco, juro que me sentí feliz y con ganas de sonreír cuando lo vi, -y así lo hice-.

Esa tarde llevé a Niall a ver a Josh, la directora del centro me dijo que el podía quedarse a dormir si así lo deseaba, y Niall para mi sorpresa asintió repetidas veces y me miro suplicante para luego decirme que lo dejara quedarse solo esa noche porque extrañaba demasiado a Josh, y lo dejé. No estaba muy seguro de eso, pero yo necesitaba un respiro, yo también quería llorar y desahogarme un poco de toda esta mierda.

Conduje lo más rápido que pude luego de salir del centro, iba demasiado rápido y yo no sentía que llegaba, recordaba la dirección de esa casa perfectamente, como si me la hubiera memorizado con mucha emoción –y así había sido-.

Bajé del auto y ni siquiera me fijé si le había puesto seguro, me acerqué a la puerta de la casa y toque como si estuviera completamente loco, toque y toque como unas tres veces, hasta que decidieron abrir la puerta.

-¿Louis?. –preguntó Harry algo cohibido por el hecho de verme allí.

-necesito ayuda, Harry… Te necesito.

Le dije para luego aventarme sobre el y capturar sus rosados labios entre los míos, y se sentían muy dulces.

 

Tal vez Liam tenía razón, y el pecado si que era dulce.

 

15 comentarios (largos) y sigo, para este cap me gustaría que dejaran alguna pregunta y así yo se las contesto luego, ¿les parece?, pregunten cualquier cosa, lo que quieran (preferentemente sobre las fics que subo) a proposito, me encantaron los comentarios del capitulo anterior, muchas gracias, en serio.

PD: ¿se pasarian por mis otros fics? estoy subiendo uno nuevo, se llama "All we are" y es NIAM. igual tengo uno LARRY llamado "no me sueltes" que estaré actualizando mañana. No olviden dejar un voto por favor, gracias. 

Twitter: Katxnialler 

 

 

DULCE PECADO │EDITANDO│❀Where stories live. Discover now