6. Regreso a Tatooine

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Horas después de la ceremonia, R2 encontró a Obi Wan en los jardines. Él no tenía ninguna forma de localizarlo que no fuera a la vieja usanza y ya llevaba un rato recorriendo la inmensidad del Templo. Si hubiera sido un ser vivo estaría jadeando, en su caso solo rezongaba pedorretas.

Como casi siempre que iba solo, llevaba detrás a todos los younglings con los que se había cruzado, tratando de subirse encima, tocarlo o recibir atención por su parte. Cuando vio al maestro pitó para llamar su atención mientras una pequeña shistavanen saltaba encima de su cabeza, coronándose reina del momento y sonriendo por los aplausos del resto. Obi Wan caminaba tranquilamente, no parecía tener prisa por llegar a donde fuera que fuese. Al escuchar el reconocible pitido de R2, se detuvo y se dio la vuelta.

—¡He conquistado esta montaña! —gritaba la niña loca de alegría. Obi Wan se acercó con las manos ocultas por las mangas.

—Pobre R2. Tiene suerte de ser tan resistente —rió el maestro, sacando una mano de las mangas para ayudar a la niña a bajar, aunque no lo necesitara—. Id a jugar a las fuentes —pidió amablemente a los críos, que obedecieron llevándose su algarabía con ellos. Obi Wan se agachó para mirar de frente al droide—. ¿Qué ocurre R2? Pensé que ya estaríais de camino a Tatooine.

El droide miró con desconfianza a la horda de niños que se alejaba, con la reina de la montaña corriendo a cuatro patas y doblando la velocidad del resto. Luego vibró y le explicó al jedi que Anakin estaba tardando horas en limpiar su cuarto para dejarlo vacío y trasladarse al nuevo. Ya habría acabado y estaría dirigiéndose a la nave. Por lo que R2 había indagado, le hubiera gustado que Obi Wan les acompañara en su viaje, pero no quería pedírselo.

—¿Anakin quiere que...? —Obi Wan le miró sorprendido—. ¿Estás seguro de eso?

R2 soltó un pitido y vibró con fuerza, como si hubiera preguntado una tontería. Obi Wan le dio una palmadita en la cabeza al ponerse en pie. Contuvo su alegría, pero no pudo reprimir una sonrisa.

—De acuerdo, vamos a Tatooine entonces. Tal vez quieras llegar antes que yo y disimular que te has ido de la lengua.

R2 se adelantó y salió de los jardines, dirigiéndose a uno de los hangares, donde Anakin ya estaba poniendo a punto una vieja lanzadera. Entró silbando y explicando, a su manera, lo que acababa de suceder.

—¿¿Que has hecho qué?? ¿Quién te ha nombrado mi relaciones públicas?

El droide pasó a su lado y enganchó una de sus pinzas al medidor de escudos para realizar sus propias comprobaciones, dando un silbido afectado.

—¡No! ¡A ti no te han nombrado nada! ¡No asciendes porque yo lo haga! ¡Eres un entrometido! —R2 giró su cabeza metálica para rezongar mirándole sin tener que moverse—. ¡Yo no tengo pataletas! ¡Y no voy a darte las gracias por nada, voy a dejar de contarte mis cosas!

Anakin se fue a la cabina dando un portazo. Obi Wan llegó a tiempo de escuchar la última frase y miró a R2 al pasar por su lado.

—Debiste disimular —le dijo entrando en la nave. El maestro golpeó con suavidad la puerta de la cabina. Podía abrir y entrar sin más, pero prefería no forzar las cosas—. No te enfades con R2, está preocupado —dijo tras la puerta.

—Es un cotilla. Pasa. —Anakin estaba trasteando en el ordenador de a bordo y siguió haciéndolo mientras Obi Wan se acomodaba—. Me alegra que quieras venir, de todos modos. Pensé que ahora que tienes opciones y que no puedes gritarme por cómo piloto preferirías quedarte aquí.

—No me emociona especialmente que seas el conductor —respondió Obi Wan tras sentarse—. Y que ya no seas mi aprendiz no me impide gritarte, solo que ahora podrás ignorarme con más libertad de la que ya lo hacías. —Le dirigió una sonrisa. Tras la ceremonia apenas habían podido hablar y solo pudo felicitarle. Solo ahora sentía que cierta presión en su pecho desaparecía—. Yo pensaba que querrías hacer esto solo, pero me alegra que quieras que te acompañe. Al final ha estado bien que R2 sea un chivato, hemos llegado a conclusiones opuestas.

El miedo más profundo (Obikin 2)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora