CAPÍTULO 1: OTRO DÍA DE ESCUELA

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El golpe de la regla de madera de la profesora Jansen es lo que me saca del mundo de los sueños... en más veces de las que me gustaría admitir. Está mirándome con desaprobación por encima de sus gafas de montura gruesa que siempre se le caen hasta la punta de la nariz. Las arrugas de su frente se remarcan más cuando arquea las cejas para mirarme con desaprobación, mientras yo intento mantener los ojos abiertos.

—¿Se puede saber qué es más importante que su último año de preparatoria como para no dormir durante las noches y venir a faltar el respeto a mi clase, señorita Cobby?

Quisiera tener una respuesta, pero lo único que brota de mi boca es:

—Disculpe... ¿Cuál era la pregunta?

Mis compañeros ríen, como siempre. A decir verdad, creo que ya ni siquiera me afecta como cuando nos mudamos a New Jersey. Desde que papá aceptó ese nuevo empleo aquí, tuve que adaptarme a este lugar y... No, lo digo en serio. ¿Cuál era la pregunta?

—Ya que tanta curiosidad siente, tal vez pueda pasar a resolver las ecuaciones en la pizarra.

¿Son ecuaciones? ¿A quién en su sano juicio se le ocurrió que poner letras a las matemáticas era una buena idea? Las miradas de los demás ya están empezando a hacerme sentir incómoda.

—Yo... Es que no he tenido tiempo de estudiar...

Y eso desata más risas, porque todos son unos idiotas.

—¿Qué puede ser más importante que mi clase, señorita Cobby? —insiste ella.

—He pasado todas las tardes con el entrenador West. Apenas tengo tiempo de respirar. Me aceptaron en el Programa de Excelencia al principio de este curso, ¿recuerda?

—El Programa de Excelencia se llama así porque sus miembros son elementos destacados del cuerpo estudiantil —espeta ella—. Eso significa que depende del resto de sus profesores si usted permanece o no en él.

—Tengo las notas más altas de todo el colegio.

—Y eso puede cambiar de un momento a otro, así que le sugiero que deje de hacerse ideas extrañas y empiece a pensar en su futuro. —Y ahora mira a los demás, como si ellos también estuvieran en problemas—. ¡Y eso va para ustedes también! El Programa de Excelencia no representa nada. De los veinticinco elegidos que salen cada año de esta institución, ninguno jamás ha superado al menos la primera de las Tres Pruebas. Mucho menos serían capaces de pasar por la Iniciación. El único futuro que realmente debería preocuparles es el que les espera después de la graduación. Los Entrenadores Pokemon promedio terminan llevando vidas comunes y corrientes. No hay aventuras épicas ni sociedades secretas, ¡así que espero que todos estén a la altura! ¿Está claro?

Todos responden a la par con un simple:

—Sí, profesora...

Y ahora esa mujer sólo me mira con desaprobación una vez más, para luego avanzar de vuelta a su escritorio donde su Chansey, irónicamente, es quien le ayuda a calificar los exámenes del grupo anterior. La escucho repetir la letanía que no entiendo sobre cómo despejar las incógnitas, pero mi atención se fija únicamente en la luz que se desprende del móvil que tengo sobre la mesa. Un mensaje de Julie aparece en la notificación emergente. Contiene sólo un emoji de una cara con la lengua de fuera. Cuando volteo hacia ella, me está sonriendo. Sus mejillas siempre se pintan de un rojo natural que resalta sus pómulos altos y que resalta con su cabello de color paja. Se ve como toda una reina, pues acompaña el uniforme rojo con broches más costosos que la casa donde vivimos y que mi padre aún no termina de pagar.

Tener a Julie cerca siempre hace que los días sean más llevaderos. Y en momentos como éste, me ayuda a dejar de pensar. Sé que la profesora Jansen tiene razón, pero mi objetivo es más importante y no permitiré que nada ni nadie me distraiga. Tengo mis sueños casi en la palma de mi mano. No puedo rendirme ahora.

POKEMON X: LA GUARIDA DE FLAREONWhere stories live. Discover now