─ Game Over ─ dijo sonriente antes de dar un último movimiento y acabar con la pelea, escuchando las donaciones llegar como locas ante el arduo entusiasmo de la frase tan reconocida de aquel reconocido adolescente.
HixAGamer, estando en el puesto n...
*procede a tomar prestada una identidad épicamente* (perdón y gracias)
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Te habías quedado dormido.
Apaciblemente dormido.
Sobre Park.
En pleno entrenamiento.
«Me quiero morir»
Tu mente era la definición de desastre. Pensamientos fugaces y sin relación que te llegaban desde cualquier dirección azotaban contra tu cabeza, casi queriendo golpearte por la estupidez que habías hecho.
Aturdido, decides cerrar los ojos un momento para organizar tus ideas, y ahí es cuando comienzas a concentrarte en tu situación.
Una venda rodeaba tu torso de manera firme, y cada movimiento era como estar recibiendo dolorosas patadas en el costado, una tras otra. Para acompañar la ensalada de golpes que te habías llevado, podías sentir como te punzaban algunas heridas, pero entre esos dolores destacaba uno agudo en el brazo, similar al ardor. Todo el antebrazo estaba cubierto por una venda.
Soltaste un quejido ahogado cuando la parte baja de tu abdomen se tensó al sentarte. Tus pies descalzos colgaban de la camilla de la enfermería, y la cortina verde menta te separaba de quien estuviera del otro lado; la luz natural de la tarde se colaba entre las fisuras que dividían las telas, avisándote de la hora.
Inspiras para llenarte de fuerza, pero, en realidad, era más gracias a tu fuerza de voluntad que podías mantenerte de pie. Ahora, con la adrenalina abandonando tu cuerpo, eras más consciente del dolor muscular.
La fresca sensación de tus pies rozando el suelo frío te era reconfortante. Y gracias a ello, saltaste ligeramente del susto cuando la cortina se abrió de repente.
— Parece que has despertado — la ronca voz de Toshinori Yagi te sacude, y sin poder evitarlo, levantas la vista del suelo con sorpresa. La realidad de su demacrado aspecto te atiza como un balde de agua fría—. ¿Te sientes mejor, muchacho?
El dolor en tus expresiones le da la respuesta, y sin que digas nada más, se acerca a abrazarte. Por sobre su hombro, logras ver la expresión desorientada de Midoriya, sin embargo, no puedes tomarle demasiada importancia en ese momento, y como si fueras un niño simplemente te aferras a la camisa de All Might.
— Hola — tus voz sale apenas en un hilillo, pero al contrario, no podías estar más feliz de verlo.
— Tuviste una pelea dura — lo siguiente que sientes es un gentil golpe en tu espalda, que en realidad había dolido mucho más de lo que debía doler.
— Ugh — el jadeo que sale de tu boca hace a tu maestro escandalizarse, y remueve cielo y tierra para comprobar que no te ha hecho daño. Te dice un par de cosas apresuradamente y rápidamente sale de la habitación en busca de la enfermera.
