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La noche se sentía hermosa, el viento secando un poco mis labios y moviendo el cabello de Alex, que ya estaba despeinado. Sus labios abiertos y los míos también, intentando respirar de manera tranquila luego de lo que había pasado.

- Tu rostro es tan dulce, Lila. Quien diría que besas así. - Me tomó de la barbilla, esta vez con su suave tacto y sus labios rojizos por el intenso beso que mis labios le dieron.

- Estás muy ebrio, Alex - Reí mirándolo. El me ponía nerviosa pero por alguna razón también sacaba mi lado que no siempre experimentaba, uno insinuante, salvaje. Sólo con el me salía naturalmente.

- Fue difícil resistirme a tu seducción, pequeña... ¿No le dirás a nadie, verdad?

- Jamás, Alex.

Remojó sus labios con su lengua y suspiró pesadamente. Perdió su mirada de la mía por un momento y pude ver la culpa pasar por su cuerpo.

- Alex no sientas culpa, por favor. No te arrepientas. - Lo tomé por las manos sin miedo de demostrar mi intensidad y mi miedo a perder de alguna manera algo que recién había empezado.

- No me arrepiento Lila - Rió. - Sólo que tengo mucho que perder y lo sabes.

- Yo también, Alex...

- No, tú no. Tengo 37 años Lila, está mal, muy mal, lo sient...

Volví a callarlo de un beso, ésta vez más profundo y lo suficientemente rudo para que sus pensamientos se esfumaran en el aire. No tenía el control de la situación y mucho menos de mi misma pero podía decir que había funcionado y Alex había recuperado su postura de Chico malo.

- No tengo miedo, Alex. No tendrías que tenerlo.

- Está bien, pequeña. De todas maneras no me alejaré de ti. - Rió y dobló mi labio inferior hacia abajo con su dulce pulgar con aroma a tabaco, puso sus dedos dentro de mi boca empujando con cierta fuerza para entrar profundamente pero sin dolor o incomodidad. Sus dedos se sentían bien en mi boca y me gustó saborearlos, moví mi lengua en círculos instintivamente, lo había visto en una película. Sonreí un poco cuando quitó sus dedos de mi boca y elevó sus cejas, estaba un poco avergonzada.

- Sólo no me provoques porque eres difícil de resistir. No querrás hacer un desastre. - Me susurró con tono serio, tomándome por la cintura. Asentí reiteradas veces. Quería que Alex confiara en mi.

Antes de volver hacia los demás se acomodó el traje. Se mantuvo serio toda la vuelta hacia dónde se encontraban los demás. Permaneciamos caminando cerca del otro pero con miradas serias, por mi parte lo hacía porque estaba reviviendo el reciente momento. Deseaba poder leer la mente de Alex en ese mismo instante.

- ¡Alex! ¡Lila! - Matt alza las manos felizmente borracho, saludándonos. - ¿Dónde estaban?

- Fuimos a buscar su chaqueta. - Alex tenía mi campera de cuero en sus manos, no sabía en qué momento la había tomado.

- Está fresco. - Respondí. Alex me miró con una sonrisa burlona.

Ya eran las tres de la mañana y el viento era un poco fuerte incluso ahí dentro.

- ¿Qué haremos Alex? - Jamie habló - tenemos toda la noche. Y parece que estamos solteros. Al menos por esta noche. - Se hechó una risa - Sólo estoy bromeando.

Eso esperaba.

- Vengan a casa, seguiremos ahí. - Habló con su identificable acento de Yorkshire.

Los demás gritaron y aplaudieron. Yo dudé de mi propio autocontrol pero igual seguí la corriente. Agradecía que la noche todavía no terminara. Alex me echó una mirada antes de salir del gran estadio.

𝒊𝒍𝒍𝒊𝒄𝒊𝒕 𝒂𝒇𝒇𝒂𝒊𝒓𝒔 | ᴀʟᴇx ᴛᴜʀɴᴇʀWhere stories live. Discover now