they said the end is coming

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No quería pelear con el, nunca quise hacerlo, pero se estaba comportando como un maldito niño. Mi cabeza dolía, quizás por todas las cervezas que tomé, o los cigarrillos que fumé.

- Me estás volviendo loco, Lila.

- Alex...

- No, escúchame. Lo siento, no volverá a pasar. Es mi problema, no el tuyo. - Hacia mucho énfasis en sus palabras, el realmente quería que yo lo entendiera.

- Te entiendo Alex. - No sabía si lo entendía verdaderamente pero sólo quería dormir entre sus brazos esa noche.

- Ven aquí.

Me acerqué a él y me sentí como una niña pequeña, me tomó por las caderas hasta alzarme y llevarme por las escaleras, lo besé como tanto me gustaba hacer, lo tomé del pelo y me agarraba con fuerza de el.

- Lila... Para un poco. - Alex rió.

- No quiero. - El elevó sus cejas con mi respuesta. Se veía tan hermoso en su pijama y con su pelo despeinado, amaba la forma de su rostro y sus rasgos fuertes, cejas fruncidas, ojos castaños que se iban oscureciendo, su nariz grande y labios finos y atrapantes, todo en el era un sueño. Su rostro enojado había desaparecido pero todavia quedaba cierto rastro de autoridad en su cara, como siempre lo habia hecho, desde que tenía memoria, mandarme y decirme lo que debía hacer. Pero el comenzó a mirarme con ternura y eso hacía que mi corazón saltara.

Nos sumergimos una vez más en nuestros asuntos ilícitos, otra vez en su habitación, pero esa noche llegamos mucho más lejos cuando Alex desabotonó mi blusa y pidió mi permiso para quitarme la falda. Me preguntó si deberíamos seguir, si lo que estábamos haciendo estaba bien, yo sólo podía decirle que sí y esperar a que siga con sus movimientos porque todo era y se sentía perfecto.

- Se mía esta noche, Lila.

- ¿Sólo esta noche?

Alex rió muy suavemente, apenas pude escuchar su risa porque estaba muy cerca de él, su cabeza se movió de un lado al otro sutilmente negándose.

- Para siempre.

Esa noche sentí cosas que nunca había sentido. Sabía que mi corazón exageraba y sentía de más todo pero no podía dejar de sentir el tacto de Alex en mi piel mucho después de que lo haya hecho. Cada vez me sumergía más a su ser y a mi lado más oscuro. que ya me había traído varios problemas conmigo misma pero sabia que tenerlo cerca mio significaba eso y estaba dispuesta a afrontar todas las consecuencias porque todo lo malo me lo hacía olvidar con tan sólo un beso. Podia vivir de sus besos y no cansarme nunca. No podía dejar de procesarlo todo, una vez tendida en las sábanas blancas de Alex que había sido suya esa noche.

-¿Eso stuvo bien, cariño?

- Perfecto.

Sentí su dulce risa al lado de mi oído, estábamos los dos tendidos en su cama, agotados y no por la hora. Su piel desnuda se sentía suave y el aroma de su piel era tan reconfortante que me daban ganas de dormir en sus brazos el resto de mis días.

Nos quedamos hablando mucho más tiempo del que debimos hasta que vimos por el gran ventanal de su habitación que el sol comenzaba a asomarse, así que Alex se levantó y enrolló su cuerpo en una sábana para cerrar las cortinas.

- ¿Es en serio? - Reí.

- Shh. Vamos a dormir ¿si?

- ¿Qué le diremos a Matt, Alex? - Sentí el silencio incómodo.

- Te viniste aquí porque me pediste que te vaya a buscar.

- Eso no tiene sentido. - Murmuré.

- Si lo tiene.

𝒊𝒍𝒍𝒊𝒄𝒊𝒕 𝒂𝒇𝒇𝒂𝒊𝒓𝒔 | ᴀʟᴇx ᴛᴜʀɴᴇʀWhere stories live. Discover now