Un buen amigo

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Blas lo miraba tomándose todo el tiempo del mundo mientras él lo esperaba sentado en su cama.

Le gustaba casi todo de Esteban, desde su madurez hasta esos pequeños palpitos infantiles.
desde su pelo hasta sus rodillas.
desde los besos apasionados que habían generado en él una calentura desesperante hasta su malicia de haberlo dejado así, vestido, en su cama, sin tocarle un pelo.

-es una tortura lo que haces-le dijo apoyando la cabeza contra la pared mientras lo veía a él de pie, tomando el agua que se había dado el trabajo de ir a buscar.

Esteban sonrió, claro que era un tortura, le gustaba jugar asi con Blas, calentarlo al extremo y cuándo sus besos empezaban a ser demasiado húmedos, detenerse.

Dejó el vaso de agua sobre la mesa de noche, se limpió los labios con lentitud y se sentó junto a él apoyandole la mano en una de las rodillas desnudas, Blas llevaba un short.

Lo miró; sus ojos chocaron en el mismo momento en que los dedos del mayor penetraron la tela llegando más allá, casi rozando su ropa interior.

Blas cerró los ojos y separó un poco sus piernas.
sintió la punta de los dedos ajenos metiéndose dentro del borde del boxer, en su pierna derecha, y como la tela del short se estiraba.

Esteban no sacaba sus ojos del chico.
lo miraba y le prestaba atención a las facciones de su rostro, lo vio suspirar y morderse el labio aún con los ojos cerrados y entonces acercó su rostro para besarlo suave

-no muerdas, te vas a lastimar

-¿me vas a sacar la ropa?-le preguntó impaciente moviendo un poco su cadera hacía arriba

-pendejo impaciente

-no me podes tener así

Esteban sonrió pero decidió que tenía razón, el pibe estaba excitado, podía notarlo en el relieve de la tela del short que poco después deslizó por sus largas piernas,junto a su ropa interior, dejándolo desnudo pues la remera ya no estaba.

-hola linda, ¿extrañaste a papi?-bromeó con la mirada puesta en el miembro que acababa de tomar entre sus dedos

-idiota

Esteban no respondió, en breve estuvo concentrado en lo que hacía, escupiendo la punta para que sus dedos puedan correr facilmente por toda la longitud.

Su mano subía y bajaba, ejerciendo presión en la punta, masajes circulares entorno a ella, para luego moverse de nuevo a un ritmo tranquilo y parejo.

Blas no podía más.
sentía la presión y las caricias; sentía como toda la sangre de su cuerpo se agolpaba allí, en esa zona que estaba siendo perfectamente estimulada.

-me estás matando-gimio dejando caer su cabeza hacía atrás, presionando el brazo que lo masturbaba,justo al tiempo en que Esteban acababa de acariciarle el pecho y le mordisqueaba suavemente uno de sus pezones

-levanta las piernas-le ordenó de pronto. Blas se recostó sosteniendose de los antebrazos y obedeció-y sostenelas

Apoyandose del todo contra la pared, Blas liberó sus manos y las apoyó en el reverso de sus muslos, haciendo exactamente lo que Esteban le había pedido, quedando expuesto para él.

Él, acomodandose mejor, siguió moviendo su mano pero empezó a tocar suave con la otra la zona más sensible de  Blas.

Con ayuda de saliva y más caricias empezó a meter un dedo, seguido de otro, que comenzaron a moverse muy despacio, de adentro hacía afuera, mientras seguía masturbandolo

-que hermoso sos-le dijo mirandolo allí, aguantando el peso de sus propias piernas, terriblemente rojo con los ojos cerrados con fuerza-¿sentis mis dedos adentro tuyo?-le preguntó moviendo ambas manos, llevándolo al extremo del placer

Él respondió con la cabeza. los sentía, sentia como lo abrían lento, lo preparaban mientras su pene se ponía cada vez más duro por el ritmo rápido de la mano que no se detenía

-decime donde...-susurró Esteban en busca del punto especial allí dentro

-¡ahi! ¡dios!-gimio sintiendo como las puntas de los dedos lo rozaban

-ahi-sonrió Esteban tranquilo al tiempo que entre sus dedos empezaba a sentir la tibieza del semen, había logrado hacerlo acabar.

Cuando Blas acabó él se detuvo.
se bajó el pantalón y con su hombría lista, se acomodó entre sus piernas.
tendrían una noche larga.

●●●

En la mañana despertaron enredados entre sí.
Esteban lo hizo un poco antes sintiéndose adolorido, lo había estado abrazando toda la noche y sus brazos estaban agotados.
Lo despertó con besos y poco después salió de la cama listo para darse un baño.

Blas fue a la cocina y preparó el desayuno, pero en cuánto volteó a verlo lo notó vestido como para irse

-te estoy preparando el desayuno-le dijo fingiendo el dolor corporal, Esteban era muy apasionado

-me tengo que ir

-¿a donde? no trabajas hoy, quería que estuviéramos juntos-Esteban no le respondió, lo que siempre le generaba mala espina-¿a dónde vas?

-tengo que hacer algo...

-Esteban,¿a donde vas?

Esteban lo miró mientras se ponía un buzo

-Lucas me pidió que lo ayude con algo de la casa-dijo sabiendo lo que Blas pensaría de ello-no va a pasar nada, voy y vuelvo, es más, si querés veni conmigo...

Blas apagó la cafetera y salió de la cocina directo a su cuarto

-Blas, dale...

pero él ya no lo escuchaba, lo silenció con un portazo.

●●●

Poco después Blas se daba por vencido, había intentado ensayar, jugar con el celular y continuar una serie,pero no podía, estaba muy enojado.

En ese momento el timbre del departamento sonó.
Él no pensaba abrir, no quería ver a nadie, pero dada la insistencia se levantó de muy mala gana y fue a abrir

-hola-dijo con bronca, mirando al desconocido de rulos y ojos claros que le sonría desde el pasillo

-hola, disculpa que te moleste, me llamo Juan, o Juani para los vecinos lindos

-soy Blas-respondió él sin devolverle ni la sonrisa ni el cumplido

-holi Blas,¿no tendrás un poquito de azúcar para convidarme? es que me acabo de mudar y...

Blas suspiró, cerró la puerta y fue por azúcar.

No sabía aún que acababa de conocer a un buen amigo.

4to.B: 𝐛𝐥𝐚𝐬 𝐱 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧/𝐬𝐚𝐧𝐭𝐢 𝐱 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐩𝐞Where stories live. Discover now