Capítulo 1

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A tú edad

—¿Dónde está el príncipe? —pregunta Rayzar con un tono bastante agitado al no ver a su primogénito con el grupo de refugiados, Linfa, doncella encargada de su cuidado se encontraba pálida al no tener una respuesta satisfactoria para su padre, la División Halo se encontraba buscando al pequeño por todos los rincones posibles, pero entre tanto tumulto de gente fue bastante fácil perderle de vista.

En el momento que Zaykar inicio su carrera para perder de vista a Linfa y los Halo que los custodiaban ninguno fue capaz de atraparlo, tal vez pensarás que es un personal inútil al no poder con un pequeño de siete años, pero la realidad era que el noventa y cinco por ciento de los soldados de la división real se habían reunidos para hacer frente al dragón y de la división Halo un noventa había salido para acompañar a la división real, el cinco por ciento restante de la división real estaba distribuido por toda las zonas del castillo ayudando y dirigiendo en tal momento de conmoción y el diez por ciento restante de la división Halo estaba distribuido entre un cinco por ciento que acompañaba al rey y el otro cinco por ciento distribuido de manera equitativa entre la princesa Xarel y sus hijos, así que aparte de las doncellas y un quince por ciento de los soldados rondando el castillo, todo lo demás que había era un grupo de personal inútiles y nobles que le importaba muy poco la vida del hijo de la hermana mimada del rey, así que cuando este pasaba corriendo apartando gente y nadie le hacía caso y con su diminuto tamaño ningún soldado lo avistaba entre tanto tumulto.

—El príncipe, lo perdí, salió corriendo y sé que solo es una excusa, pero entre tantas personas no lo pude alcanzar y no sé dónde está en este preciso momento, perdóneme por favor —. Linfa hablaba con temor mientras su voz se rompía con el temor de ser castigada por haber perdido al príncipe, Rayzar inhalo profundamente para no explotar y por fin hablo.

—Que los guardias busquen en todos lados, no me interesa a que división pertenezcan, solo me interesa que lo encuentren —. Zaykar había salido del castillo, había revuelo por todos lados, algunas personas con algo de conciencia habían intentado llevarlo con algún grupo de refugiados, no podían dejar al joven príncipe deambulando por ahí, pero cualquier persona que intentará llamar la atención de Zaykar iba hacer ignorado, sabía que lo llevarían a algún refugio o entregarían a algún guardia para ser llevado de vuelta con su niñera y en la mente de aquel obstinado niño estaba el de salir a buscar algún curandero algo competente para despertar a su madre.

Los muros del castillo eran extremadamente alto, aproximadamente unos cinco o seis metros de alto, altura solo superada por los gigantes o dragones, aquel castillo era casi del tamaño de una ciudadela, no le faltaba mucho para que todas sus edificaciones en conjunto fueran proclamadas como una, por ende Zaykar no podía estar andando por ahí, si este quería salir de los muros y adentrarse en el vasto bosque en busca de algún ermitaño renegado que aceptara alguna paga por venir a meterse en este tumulto y despertar a su mamá, no podía arriesgarse a querer salir por la puerta, dicho sea de paso, estaba cerrada y no iba a poder abrir con su diminuta fuerza.

Sin mucho análisis camino cerca de los muros hasta que encontró unas puertas que no necesitaba mucha ciencia para ser abierta, el único inconveniente es que parecían pesadas, aquellas puertas eran abiertas y cerradas por los guardias como todas las puertas de los muros, la única diferencia consistía en que estas puertas estaban destinada al personal y a los reabastecimientos del castillo. Para que no allá mucho revuelo en la entrada principal se dejó una entrada más pequeña y silenciosa en la parte trasera, lo que en otra ocasión estaría fuertemente vigilado, solo tenía los guardas de los muros que se encargaban de observar si aún estaban siendo amenazados. La puerta era de madera, abría hacia dentro, bloqueada solo con un poste de madera cruzado horizontalmente. Aun siendo la salida más sencilla para escapar lo que bloqueaba la puerta aún estaba muy alto y no solo eso, era un bloqueo planeado para ser quitado entre dos hombres, Zaykar solo media aproximadamente un metro y el poste estaba sobre el metro para que un hombre de estatura promedio lo pudiera alcanzar, el pequeño tenía miedo de ser escuchado si lograba quitar aquel poste.

Sangre de príncipe - AqareWhere stories live. Discover now