Capítulo 8 - Sabes que yo estaré

366 14 6
                                    



―¿Por qué cada vez que es tu turno del reto me sacas de la ciudad? ―se quejó Lin desde el asiento del copiloto; ese día era un Viernes y a Louis le había parecido buena idea salir de la ciudad a divertirse.

― Porque no quiero que me vean contigo cuando salimos ―pronunció Louis en tono tranquilo mirando hacia el frente.

― ¿Es enserio Louis? ―a Lin ya le comenzaba a hervir la sangre si al joven no se le ocurría una idea rápidamente para disculparse.

― Bien, bien, es broma ―le brindó una cálida sonrisa y volvió la vista al frente― Es solo que en los suburbios hay cosas más interesantes que en la ciudad, no como la gente piensa.  

Lin adoptó una actitud relajada después de escuchar sus palabras, dejándose llevar por el paisaje boscoso.

― Además ―continuó― el campo de Paintball y el parque de diversiones estaban fuera de la ciudad también y nos divertimos mucho.

―Por favor no me lo recuerdes.

―¿Por qué? ¿Qué tuvieron de malos?

― El primero me dejó con un cansancio atroz que aun hoy, luego de dos días, me duelen las piernas de tanto correr y lo del parque de diversiones ―rió― pues está bastante obvio que no debió pasar lo que pasó. 

― Ah cierto, la noche que bebiste, bailaste y te divertiste, y por ultimo dormiste conmigo pero no recuerdas. Esa noche. 

― ¿Tienes idea de lo molesto que puedes llegar a ser a veces? 

― Solo digo lo que sucedió, además creo que si fueras así más a menudo, tendrías una cola de pretendientes en tu puerta.

― Si todos los pretendientes van a ser como tu prefiero que no. 

― ¿Qué tengo de malo? Soy joven, gracioso y sexy. 

― ¡Jà! que modesto el niño 

―Además de eso ―puntualizó Louis― Tú dijiste que tenía un trasero fuerte, lo que indica que has estado buceándome y me deseas.

Lin no pudo evitar reírse ante la ocurrencia de Louis, claro que lo había buceado ¿Quién no lo buceaba? Si tenía un cuerpo perfecto, un rostro tallado por los dioses y una actitud que hacía que cualquier chico le envidiara y las chicas cayeran a sus pies

― No te deseo Louis. 

― Pruébalo entonces. 

― ¿Y como se supone que haré eso? 

― Dame un beso. 

― Muy bien ―sin pensarlo dos veces Lin se acercó a Louis y le dio un beso fugaz en la mejilla, retirándose rápidamente de nuevo a su asiento.

― Ey, eso es trampa ―se quejó― era en los labios. 

― Y hasta crees que haré eso. 

―Antes que termine el reto conseguiré un beso tuyo, ya verás.

― Sigue soñando. ―Lin negó y siguió mirando por la ventana

Afuera comenzaba a llover, la temporada de invierno no era precisamente la mejor para viajar, especialmente en Febrero, y por el rumbo que tomaba Louis en su auto se dirigían a una zona nevada. En efecto, cinco horas más tarde llegaban a un bosque que rodeaba una pequeña montaña, era una reserva donde podías hospedarte en cabañas― ¿Es aquí? 

― Así es, pasaremos la noche aquí. Por eso te dije que trajeras ropa cómoda. 

― Si, pero no me dijiste que era para un clima frío Tomlinson.

Sin LimitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora