2. La mujer de Blanco

84 3 1
  • Dedicado a Oscar J Lugo
                                    

-Sí, pero con una condición-Dijo cruzando los brazos y mirándome algo seria

-Y eso sería?-Dije algo preocupada

-No creas que te voy a dejar sola por seis meses Lucinda, vas a tener que quedarte con nuestra tía Agatha-Dijo mirándome aún más seria que antes 

-¿Tenemos una tía llamada Agatha?-Dije algo confundida ya que nunca había oído mención de ese nombre, al menos en esta casa

-Mama tenía muchas hermanas, las cuales se fueron distanciando mediante ellas fueron creciendo, Agatha y Adela, son las más cercanas a mama, las únicas que se han mantenido en contacto con nosotras después del accidente, bueno al menos Agatha, ella es mayor que mama y vive en Pennsylvania, hace mucho, que no hablo con ella pero estoy segura que en cuanto le diga no se negara, ella jamás tuvo hijos por lo que está sola y supongo que algo de compañía no le vendría mal-Dijo con algo de entusiasmo

Aunque era raro ver  a Natalia hablando a cerca de nuestra familia, no quise interrumpirla en ningún momento ya que no es algo que pase a menudo, ella siempre omite el tema de la familia , o al menos hasta ahora solo existíamos ella y yo, Jamás había oído a cerca de una supuesta tía que vive en Pennsylvania, o aun peor jamás había oído que mama tenia hermanas, es un tema algo delicado, pero no quise pensar de más, al menos no por ahora, lo importante de todo esto es que me quedaría, y no tendría por qué irme a Washington después de todo, luego de oír la noticia, estuvimos hablando a cerca de donde se quedaría mi hermana y el tiempo estimado que se quedaría, que aunque podía ser alargado ello solo dijo que sería por un poco tiempo ya que solo aceptaba el traslado para ver si lograba un ascenso, cosa que estaba segura que lo lograría Natalia siempre ha sido muy comprometida y trabajadora cosas que la han ayudado mucho para darnos una buena base desde que papa y mama no están , pero más importante es que tenía que darle la noticia a los chicos, aunque no fuera la gran cosa que Natalia no estuviera por un tiempo podía ser hasta cierto punto algo bueno, así que después de tomar el desayuno, tome mi abrigo que estaba en la puerta y salí lo más rápido que pude de casa, al ser domingo estaba segura que los chicos estarían en el centro comercial o al menos Laia, ella siempre disfrutaba de ir de compras los domingos por la mañana, ya que decía que nunca había mucha gente y siempre encontraba buenas ofertas, cuando por fin llegue al centro comercial, estaba vacío tal y como Laia siempre nos repetía a mí y a su hermano, así que me dispuse a buscarla en la tienda en donde siempre comprábamos cuando veníamos, claro pude haberla llamado y contarle pero por alguna extraña razón ella y Thiago jamás han usado un celular o al menos tenido uno, siempre que les pido un número, me ponen una excusa, claro cada vez es diferente y más alocada, pero a veces me pregunto cuál será la verdadera razón de que no tengan un celular, ya que si hablamos de celulares todos tienen uno ahora, y es raro ver a un adolescente de diecisiete años sin un celular.

Cuando la divise estaba entre un tumulto de gente, peleando por una falda rosa en oferta con una castaña, era una en contra de la otra mientras jalaban la falda de un lado a otro hasta que la castaña salió disparada y Laia con una sonrisa victoriosa se dirigió a la caja para pagar lo que llevaba, cuando por fin pude  llegar hasta ella, no pude evitar reírme y decir

-Cuando se trata de peleas por las ofertas, tu si sabes-Dije en voz alta mientras ella se daba una vuelta

-Luci!!, ¿Pero qué haces aquí?-Dijo algo sorprendida mientras me abrazaba

Secretos Ocultos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora