Capítulo 3

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Ahí estaba, sentada de rodillas en medio de la sala de pruebas, ya me habían suministrado el medicamento, ahora estaban mirándome esperando a que ocurra algo.

— ¿Ves algo, Alicia?— preguntó Lara desde el otro lado del vidrio.

— No. Estoy aburriéndome— me queje.

— Paciencia. Solo 50 minutos más— me dijo. Por lo general paso 2 horas, hora a la que nunca llegué, ya que siempre me atacaban a la media hora.

Suspire pesadamente. Por un lado me sentía feliz de saber que había un medicamento que me ayudara. Pero por el otro odiaba estar en esta sala.

Mire hacia los lados. Nada.

Mire hacia arriba. Nada.

Perfecto. Sin duda alguna.

— ¿Aburrida?— hay no— ¡Sorpresa!— mire y vi a Parce. No, no por favor...

— Vete... déjame en paz... por favor— le rogué. El solo rio con crueldad.

— Mis amigos y yo venimos a hacerte compañía— después de que dijo eso un montón de lobos tan grandes como él me rodearon, me asuste.

— ¿Alicia? ¿Alicia estas bien?— pregunto Lara preocupada.

— Ellos están aquí— respondí petrificada por el miedo.

— Dile que te saque... vamos Alicia, hazlo... grita. ¡Grita!— me ordenó Parce

— No...— musite— vete por favor...— susurre.

— Nunca me marcharé... ¡Demonios ¿Cuánto más tendré que decírtelo para que entiendas?!— me gritó, y yo lo hice.

— ¡Basta! ¡Vete! ¡Déjame sola!— grite.

Miré hacia los doctores. Estaban alarmados, se levantaron y ordenaron algo que no oí.

La puerta se abrió y dos sombras enormes con grandes ojos rojos entraron, se dirigieron a mí.

— ¡Aléjense! ¡Váyanse!— grité cuando me sujetaron.

Patalee, mordí, golpee. Luche.

— ¡No!— grite por última vez cuando sentí que me clavaban una aguja.

Me levante de golpe. Miré a mí alrededor...

Estaba en mi habitación...

— ¿Qué paso?— pregunte asustada

— ¿Se puede saber que has hecho para causar tanto revuelo?— me pregunto Fred. Un chico que fue traído aquí hace 2 años. Y por su tono de voz me parece que no está muy contento.

— ¿Qué?—

— ¿Qué hiciste? ¡Haya afuera están sedando a todos, nos vigilan a cada segundo!— me grita enfurecido— ¡¿Qué hiciste?!— doy un respingo.

— Yo... yo no hice nada...— respondo en voz baja.

— ¡Habla más alto que no te escucho!— me vuelve a gritar

— Basta— musito

— ¿Qué pasa aquí?— es Margaret— No peleen. Hay demasiado alboroto como para empeorarlo—

— ¿Qué pasa Margaret?— pregunto

Ella me mira y duda si en verdad decirme

— Habla. Por favor— pide Fred

¡Déjenme Sola! Por favor...حيث تعيش القصص. اكتشف الآن