Capítulo 4

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Me despierto de repente y me pongo de pie tan rápido como puedo. ¿Me he quedado dormida sin darme cuenta?

Si sigo así, durmiendo a cada rato me convenceré de que soy un oso y no un humano. Quien sabe... quizás lo soy.

Sacudo mi cabeza. Que ideas tengo...

Suspiro mientras me quedo viendo a un punto fijo. Rose para ser precisa.

Rose es una rata, la peor de todas.

— ¿Qué tanto me miras niña tonta?— me riñe. Yo le saco la lengua.

— Si no estuvieras no te miraría— le respondo

Me devuelve el gesto y se va. Es extraño que haya funcionado.

— ¿Te quedarás todo el día así?— pregunta Rice.

— Si puedo... estoy esperando a alguien— le respondo.

— ¿A quién?— me vuelve a preguntar.

— A Lara, necesito que me haga recordar todo lo que hice. Por culpa de ustedes que no paran de molestarme— le recuerdo.

Rice le quita importancia.

— Si eso es todo lo que tienes para decir, me voy. Ahora deja de molestar— dice con desdén, como si yo fuera la que está todo el día molestando a los demás.

Bufo por el aburrimiento, miro a mi alrededor y veo que los demás aun duermen, quizás ellos también recibieron demasiada dosis.

Cierro los ojos, la verdad este lugar es... más o menos bonito, tiene todo lo que necesita una persona para vivir.

Alimento, tres comidas al día, ropa, juguetes (que no necesito). Patio, comedor... Pero no puedes disfrutar de nada si estás aquí por obligación.

Veo que dos personas entran cargando una sábana. ¿Qué vendrá ahí dentro?

Los guardias se detienen frente a la puerta de la habitación que está al lado y la abren.

Lara viene detrás de ellos.

Los hombres entran y dejan la sábana sobre la cama de la habitación.

— Tengan cuidado— les dice Lara.

Los hombres dejan el bulto y salen de la habitación, y se acercan a Lara.

— Gracias por ayudar— mira hacia la cama— Pobrecito, debió ser muy duro para él—

La sábana de retuerce y queda colgando una mano.

— Nosotros debemos irnos, doctora— dice uno de los guardias.

— Bien, que tengan buen día— los despide Lara.

Espero un momento pero ella se queda mirando a la habitación continua.

Corro hasta la ventana y la golpeo para llamar su atención.

¡Funciono!

Lara sacude su mano saludándome y se acerca a la puerta, intenta abrirla. Pero como siempre, cerrada con llave.

Me hace una seña para que la espere mientras se va a buscar la llave.

Suspiro mientras la espero. Rice se pasea delante de mi junto a Parce.

Odio a Parce, incluso más que a Rice.

Lara vuelve y trae con ella la llave, abre la puerta y sonrío.

— Buenos días Alicia— susurra, ya que los demás siguen durmiendo— ¿Cómo amaneciste?— me pregunta

— Bien, supongo— sonrío.

¡Déjenme Sola! Por favor...Where stories live. Discover now