Venus Dxöwswyft Phantomhive. Tengo algo que contar..

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Quizá sí.. o quizá no. ¿Fue una decisión difícil? Aquella de vender mi alma por lograr  mi objetivo, digo. ¿Aw? ¿Que no os conté mi historia? ¡Vaya, qué descortés por mi parte! Y yo hablando sin saber..
Bueno, lo que pasa, amigos míos, es que no siempre soy así. Bueno, de pequeña sí. Pero hubo un cambio en mi vida. Uno muy gordo, del cual no sé si me arrepiento o no.

Veréis. Soy una simple híbrida como bien ya sabréis. Mitad de esto y mitad de lo otro. Soy mitad humana mitad demonio. Quizá os confunda que tanto mis ojos como mi cabello también sean mitad de un color y mitad de otro; pero no. Mi físico singular y asimétrico —respecto los colores— no tiene nada que ver con mi raza.
Buenobueno.. a lo que iba. Que esto se va del tema: soy híbrida, medio humana y medio demonio, como ya bien dije. Los humanos odian a los demonios, y los demonios se comen a los humanos mientras que les faltan el respeto, como ya supondréis. Y bueno, como soy de cada cosa, me llevo lo malo de cada uno. Los humanos me desprecian, y los demonios me humillan —o intentan comerme, depende del demonio—. Y bueno, una se cansa de ser inferior, por lo que en cuanto conocí a Adramelech —un demonio muy simpático he de admitir—   no dudé en hacer el trato y aceptar sus condiciones sin reproche.
¿Qué trato? Pues el trato de convertirme en un demonio completo a cambio de mi alma, una vez muerta, pero casi eterna. Parece un trato de lujo, ew. La verdad es que parece difícil matarme —siempre que sea de noche y sin luna nueva, claro—.
¿Qué condiciones? Ahí viene la gracia. Me vuelvo humana ante el día. Sísí, como lo oís. Humana. H. U. M. A. N. A. Con todas sus consecuencias, incluida la debilidad extrema. Menos mal que me sé defender incluso con un palillo de dientes. 

Otra consecuencia, de la cual no me quejo, es que mi personalidad se ha visto influenciada. Mi faceta más seria  y cuerda se ha ido con la parte humana mientras que cuando cae la noche se me aflojan todos los tornillos y hasta el aleteo de un pájaro me lo tomo como el mejor chiste del mundo.

Y aprovechando que mi físico cambia junto con mi personalidad y mis facultades con estas transformaciones, me he permitido el lujo de cambiar mis nombres. Ya sabéis, para que no descubran mi mayor debilidad.

En resumidas cuentas, de día, soy la humana Ginebra; de noche, soy el demonio Gwendolyne; y en esas malditas noches de luna nueva soy Venus, la reconocida hija de una humana y un demonio.

Ginebra. De día me respetan los humanos y se burlan de mí los demonios.
Gwendolyne. De noche los demonios me respetan, y los humanos me temen.
Venus. En noche de luna nueva no soy nadie. Sólo soy yo. Una híbrida de tres al cuarto.

Cada transformación me lleva a un extremo.

Es complicado, sí. Pero se sobrelleva.

De momento...

Dxöw.Where stories live. Discover now