Capítulo 2

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El viejo observó fijamente al muchacho y en su mirada se notaba una emoción que el anciano trató inútilmente de disimular.

-Todo va a estar bien -dijo el viejo. -Sabes, nos habían preparado para este tipo de cosas- continuó-pero no creí que verte me afectara tanto.

El muchacho, sin entender lo que sucedía, luego de un rápido vistazo a quien le hablaba, continuó mirando por la ventana, tratando de ignorar al viejo. "Para qué cosas los preparan?" Pensó para sí mismo mientras seguía con la mirada perdida en el horizonte a través del cristal de la ventana del tren que hacía poco acababa de salir de la estación.

-Vas a estar bien, yo sé por lo que estás pasando, pero vas a estar bien.

-Quién es usted? -Finalmente preguntó el muchacho.

-Soy cercano, no puedo decir más.

-No sabe nada de mi, yo estoy bien. -Y volvió a mirar por la ventana.

-Sé que ella se fue, también sé que crees que tu vida terminó al terminar la relación.

El joven volvió a su silencio tratando en vano de creer que el viejo era un charlatán, pero algo le decía que no lo era. Pero, quién era este anciano? Al menos ya había capturado su atención al mencionar eso último.

-Cómo sabe todo eso?- finalmente preguntó varios minutos después, aprovechando que el viejo seguía ahí.

-Simplemente lo sé Armando... También sé que este tren no te llevará a la felicidad. Estar lejos no te aliviará el dolor, ni te hará olvidar. Vas a recordar, vas a llorar, vas a extrañarla mucho. Pero al final vas a estar bien. Créeme, mientras no te sientas bien, no será el final. Mejor pasa unos días en Maesa, los cuales son necesarios y luego vuelve a casa. Entiendo la necesidad de este viaje, pero no tardes en volver.

Una lágrima rodó por la mejilla del joven a quien a estas alturas no le sorprendía tanto el hecho de que el anciano supiera su nombre.

-No puedo vivir sin ella, sabe? Pero tampoco puedo volver. Prefiero estar lejos y extrañar verla, a verla siempre y sufrir su ausencia.

-Lo sé. 

-Siento ganas de morir.

-Lo sé.

El joven quiso decir algo más, pero el llanto ahogó su voz.

-Por eso vine a tranquilizarte. Me conocen como Bravo. Hacía mucho que quería estar frente a ti. Lo he anhelado por algún tiempo. Ten la plena seguridad de que saldremos de esta. Vas a estar bien- repitió. Pero por lo que más quieras, vuelve pronto a Dinara y a las Fuerzas Armadas. Todo estará bien.

-Ella va a volver a mi vida?

-No se nos permite revelar ese tipo de información. Pero tranquilo. Todo estará bien tan pronto regreses a casa hijo. 

De repente el joven sentía ya algo de confianza en ese viejo con algo familiar en su rostro. Sus ropas no eran comunes para un tipo de su edad, sin embargo no se veían forzadas, las lucía con total naturalidad. Su forma de hablar también le resultaba muy familiar, le recordaba a su padre, aunque el tono y cadencia le recordaban más bien a su comandante. 

El viejo continuó. 

-Estás hecho para grandes cosas. Es necesario que te vayas, pero es igual de necesario que vuelvas pronto. A pesar de que todo parezca en contra, debes volver.

-Gracias señor... oiga, quiero preguntarle algo acerca de ese tatuaje en su antebrazo. Por qué es igual al mío?

Timeline (El Viajero)Where stories live. Discover now