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Melody despertó. Su vida seguía igual que siempre, pero por alguna razón el agujero en su pecho se había cerrado un poco. Ya no se sentía tan vacía como antes. Y claro, la palabra clave en esa oración era "tan".
Los problemas no se van del día a la mañana y las inseguridades no se esfuman en lo que dura un suspiro. Melody estaba consciente de que si quería ser feliz una vez más debía trabajar para conseguirlo.
Así que el primer paso era deshacerse de todo lo que le recordaba a los malos momentos. Deshacerse de todo aquello que le cerraba la garganta y le impedía respirar. Pero no era tan fácil, porque para Melody era básicamente empezar una vida de nuevo. Aunque quizás, valía la pena volver al inicio, empezar de cero y crear una vida nueva, sin dolores ni sufrimientos del pasado, sin sonrisas forzadas ni lágrimas en la almohada todas las noches.
Por eso Melody decidió ser una persona nueva y disfrutar lo que le ofrecía la vida. Quizás un cambio externo ayudaría, quizás un corte de cabello, o de color, podría cambiar su forma de vestir, pero jamás cambiaría su forma de actuar, de creer, de soñar.
Quizás conocer gente nueva, hacer nuevos amigos, dejar su tristeza a un lado y sonreír con los pequeños detalles.
Melody sabía que no sería feliz de inmediato, pero sabía que podía superar los obstáculos por su cuenta, y que trabajaría todo lo necesario para volver a sonreír.
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Okay, creo que ahora sí es el final. Muchas gracias por todo.
