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Desde la cama deseo del cielo, abierto por la ventana sin cortinas y que moja de una luz escasa los surcos abismales de las sabanas, que ponga entre los párpados pesados un puñado de sueño. Sigo en un continuo esperar o desesperar, entre la guerra constante de mi corazón y mi conciencia. Y así como el sentimiento, un único sentimiento que arde y urge, en su monarca represión a la razón, yo le ruego al pensamiento una solución mínima de calma. Fugaces vocecitas se desprenden de los segundos recordando mis recuerdos, otro chillido proveniente del infierno...

Solo existe una forma de sacar a la fiera acorralada de este infierno de sabanas que es esta angustia insomne, una última solución: el océano de Zappa. En el cuarto comienza a sonar a mi voluntad y sin piedad, "The ocean is the ultimate solution". La anárquica batería arranca imponiendo obediencia y en el contratiempo un bajo aún más anárquico. Ambos se rinden finalmente ante una guitarra que arrasa y quiebra el ritmo en varios pedazos de colores ácidos. Muerde en agudos la carne desde adentro, masticando una incoherencia lógica sobre un desierto oceánico, convulsionado. Es un tema difícil. ¿Difícil? ¿"es el cielo difícil"?, preguntaría Aragón como respuesta a la crítica respecto a su hermético estilo de escribir. No obstante ese tema tiene algo realmente complejo: su ejecución. Y Juan ejecutaba en el bajo, los trece infinitos minutos de "The ocean is the ultimate solution", con exacta precisión...

- Es cierto, yo tocaba ese tema como nadie ¿verdad? – la voz de Juan resuena, desde el fondo de lo más grave de la música, creo... ¿desde el fondo de qué espacio realmente, pensamiento mío, ventana adentro, de un fondo vacío, rincón del pasado?

- Cómo fuiste dejar de tocar ese tema aquel día... era tu última presentación en "El Hacha"... – a esta altura no sé si lo pienso o lo digo...

- Tenía miedo. Además estaba demasiado drogado.

- Dale Juan, siempre estábamos demasiado drogados – trago en seco una lágrima que asoma - Loco, no entiendo ¿por qué lo hicistes, por qué te fuiste así? Sin decir nada... te hubiera ayudado, hubiera hecho lo que fuese... no entiendo.

- Estaba cerca de saltar al vacío, me iba sin despedirme porque me daba mucha culpa.

- ¿Culpa de qué?

- Estaba a punto de robarte de tu alma el corazón de ella.

- No entiendo.

- Hicimos un pacto de que no íbamos a vernos más... pero nuestros cuerpos no respondían a cuestiones de palabras, nos veíamos, y mentíamos tratando de disimular la angustia enorme de mentirte.

- No, no puede ser verdad.

- Más bien estábamos desesperados... y no podía hacerte eso, hermano mío...

Cierro rápido los párpados como si pudiera cerrar de un golpe mi existencia. La noche entraba fría en el cuarto, aunque nada me congelaba tanto como la vivencia de ese momento, recorriendo y operando desde adentro ¿Qué más podría esperar, en qué podría verdaderamente creer? El celular suena, es un mensaje de Whats. Las letras se revuelven en una confusa percepción, es un mensaje de ella;

- Tenemos que hablar/ no puedo más... tengo que decirte la verdad/ tendrás que perdonarnos.

Nada más queda. Me doy vuelta encogido como un feto, ahora sí es hora de dejar definitivamente la inmensa noche, dormir quien sabe y parar un rato de soñar.

El Pensar de un PensamientoWhere stories live. Discover now