1. Gran Canaria

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Aquello era insoportable. Raoul no sabía en que habitación se habían reunido, pero estaban haciendo un jaleo de la hostia. Se podía oír por todo el pasillo, y lamentablemente, también en su habitación.

Cogió su móvil, cabreado, y miró la hora. Las 2:14 de la mañana.

-¿Qué coño hacen con la puta guitarrita a estas horas? –dijo enfadado, mientras se levantaba de la cama.

Se puso una camiseta y abrió la puerta de su habitación, justo a la vez que se abría la puerta de la habitación de en frente, en la que casualmente dormía Agoney.

Se quedaron mirando durante un momento, en el que Raoul maldijo su mala suerte.

-¿A ti también te despertaron? –preguntó Agoney.

-No me han dejado ni dormirme. ¿En qué habitación están?

-Ni idea. Vamos a averiguarlo.

Cerró la puerta tras de él y Raoul hizo lo mismo. Los dos se pusieron a andar por el pasillo en silencio, intentando averiguar de qué habitación venía la música y las risas. Cuando la encontraron, picaron fuerte a la puerta, y cuando se abrió se encontraron a Mimi, Ana, Roi y Miriam cantando y tocando la guitarra.

-¿Sabéis qué hora es? –dijo Raoul enfadado.

-¡Hola rubia! –gritó Mimi. –Quédate con nosotros.

-¿Pero qué dices? –respondió él, tajante. –Callad de una puta vez que no podemos dormir.

Las miradas de los otros viajaron entre su cara y la de Agoney, que estaba unos pasos atrás de él, apoyado en el marco de la puerta.

-¿Dormís juntos? –preguntó Roi, ya que los demás no se atrevían.

-¡No! –exclamaron los dos a la vez.

-Se os oye por todo el pasillo. –aclaró el canario. –Y no podemos dormir.

-Y seguro que no somos los únicos.

-En realidad yo también vine a quejarme. –aclaró Miriam.

-Y bien que te quedaste después. –rio Ana.

-Me incitáis. –se encogió de hombros.

-Pues yo os incito a dormir de una puta vez. –soltó Raoul.

-Oye, pero no te pongas borde. –le pidió Mimi. –Solo estamos haciendo un poco el tonto.

-Pues lo hacéis en silencio.

Mimi puso los ojos en blanco y después le dio la espalda para volver a sentarse en la cama.

-Venga, sí, vamos a dormir ya. –dijo Miriam. –Que nos levantamos pronto.

Raoul contó eso como una mini victoria, porque por norma a Miriam solían hacerle más caso que a él.

-Bueno, vale, ya dejamos de cantar. –dijo Ana, mientras Roi dejaba la guitarra en la cama.

-Buenas noches. –anunció Agoney desde la puerta, y después se giró para irse, seguido de Raoul y Miriam.

Caminaron por el pasillo hasta que llegaron a sus respectivas habitaciones, y Agoney entró en la suya sin decir nada. Raoul y Miriam se quedaron parados ahí delante.

-¿Qué le pasa a este? –le preguntó la gallega en un susurro.

-Ni idea, está gilipollas, como para variar.

We Are Never Ever Getting Back TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora