Agoney ya no sabía donde esconderse de Raoul. El rubio se había pasado todo el día detrás de él, preocupado por su brazo, ayudándole a hacer todo, y hasta dándole la comida como si fuera un niño pequeño.
Vale, agradecía que se preocupara por él e intentara ayudarle, pero hasta un punto.
-Ya puedes salir. –le informó Ricky, entrando en el baño. –Se ha ido fuera con Mireya.
Agoney suspiró aliviado.
-Gracias.
-No sé por qué no se lo dices directamente.
-Porque tampoco quiero hacerle sentir mal. Últimamente llevamos unos días muy buenos y me sabe mal.
-Sí, pero también tiene que entender que no puede estar pegado a ti todo el día.
-Bueno, es igual, Ricky.
-¿Os habéis liado? –le preguntó el mayor.
-¿Qué?
-Que si os habéis vuelto a liar y por eso está tan pegajoso.
-Ah, no, no. Nada de eso. –le aseguró Agoney. –Está preocupado por lo del hombro, nada más.
-¿Nada más? –levantó una ceja.
El canario resopló.
-Y porque el otro día me emborraché y dije cosas que no debía haber dicho. Y creo que tiene miedo de dejarme solo por si me da el bajón o algo.
Ricky se acercó y le puso una mano en el hombro que tenía bien.
-Yo lo entiendo, créeme, pero lo que tampoco puede hacer es agobiarte.
-Ya lo hablaré con él, pero ahora no me apetece.
Ricky asintió y después le dio un medio abrazo, procurando no tocarle el brazo que tenía con el cabestrillo.
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Faltaba menos de una hora para que empezara el concierto, y estaban todos preparados, algunos dando los últimos retoques en peluquería y maquillaje, y otros sentados en un sofá, comiendo algo mientras esperaban a salir al escenario.
-Voy a mear. –dijo Agoney, mientras se levantaba del sofá.
-Te acompaño. –se levantó Raoul.
El canario se paró en seco.
-¿Se la vas a agarrar mientras mea? –bromeó Roi.
-Si hace falta, sí. –contestó el rubio.
Agoney resopló, dándole la espalda y saliendo de la habitación.
-Ago. –corrió Raoul, detrás de él. –Agoney.
-¿Qué? –se giró, parándose en medio del pasillo.
-¿Qué pasa? –se acercó.
-Que no necesito tu ayuda para mear, Raoul. Llevo todo el día meando solo.
-Bueno, yo solo me he ofrecido. –se defendió. –Pensé que te daría menos reparo si te ayudaba yo.
-¡Pero es que no necesito que me ayude nadie! –gritó. –Deja de hacerlo todo por mí, por favor.
Raoul frunció el ceño, visiblemente molesto.
-Vale, yo solo pretendía ayudar. –soltó. –Pero veo que sigues sin querer ayuda.
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We Are Never Ever Getting Back Together
FanfictionLa gira acababa de empezar... y ellos lo acababan de dejar. Pero claro, no es fácil rehacer tu vida cuando tienes que estar pegado a tu ex todos los días.