6. Valladolid/Valencia

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El concierto en Valladolid fue bien. Había llovido la mitad del día y se había llenado de barro el suelo del recinto, porque era al aire libre. Los chicos preguntaron si podían cubrirlo de alguna manera, pero los de organización les dijeron que no. Por eso agradecieron un montón a todo el mundo que había hecho tantas horas de cola bajo la lluvia y seguía ahí con aquel tiempo y aquellas condiciones.

A veces les gustaría recompensarles con más que unas simples actuaciones.

Después del concierto Raoul y Agoney durmieron juntos. Agoney había grabado un story desde la ventana del hotel para que se viera toda la gente que estaba fuera por ellos y por sus compañeros. En el reflejo de la ventana se podía ver a Raoul a su lado, y aquello enseguida encendió las redes sociales.

Y a Agoney.

-No lo saben ni nuestros compañeros y ya lo va a saber el fandom. –se quejó.

-Pues no haberlo subido, Ago. –resopló el rubio, estirado en la cama.

-Oye, tampoco me hables así.

-Es que pareces tonto, tío. Grabas un vídeo donde claramente se ve mi reflejo, el cual sabes que van a reconocer, y luego te quejas cuando lo comentan.

-Es que podrían comentar sobre la gente que hay fuera esperándonos o algo. Pero no, siempre con la puta carpeta. –se sentó en la cama, indignado.

Raoul rodó los ojos.

-¿Sabes quién está siempre con la puta carpeta? –preguntó el catalán. –Tú. Que eres un pesado y tienes una obsesión.

-¡Obsesión la tendrán ellos!

-Pero Agoney, que se nota que estamos encoñados, ya está, no hay que ser detective. No sé cómo pretendes que hagamos una actuación como la de Manos Vacías y que después no digan que estamos enamorados. Que vale, son un poco pesados, pero es que es evidente.

-Pero eso es una actuación.

Raoul levantó rápidamente la cabeza para mirar al otro chico.

-Ah, ¿que es todo una actuación para ti? ¿No es real?

-No, claro que es real, joder. –suspiró. –Pero que realmente ya tenemos que parecer encoñados ahí.

-Mira Ago, esta conversación no va a ninguna parte, igual que las cincuenta veces que la hemos tenido anteriormente. –dejó el móvil sobre la mesita y se volvió a tumbar. –Así que me voy a dormir.

Pasaron unos minutos en los que ninguno de los dos dijo nada, mientras pensaban en lo que acababan de hablar. Finalmente, Agoney se acercó al rubio, abrazándole por la cintura y dándole un beso en la mejilla.

-Amor, no te enfades. –dijo.

-No me enfado... –dijo el otro. –Estoy cansado.

-¿De mí?

-Sí.

-¿Tanto como para no darme un beso? –hizo puchero, aunque sabía que el otro no lo estaba viendo.

-¿Como te iba a dar un beso si no dejabas de quejarte?

-Ay, cállate ya. –dijo Agoney, girando el cuerpo del rubio y dándole un beso en los labios.

Raoul no pudo evitar sonreír en medio del beso, y acomodó su cuerpo para quedar bajo el de Agoney. Le agarró de la cintura para acercarlo más y así poder profundizar el beso. Cuando Agoney empezó a mover sus caderas para crear fricción, Raoul se separó.

We Are Never Ever Getting Back TogetherWhere stories live. Discover now