Capítulo 2: Defensa

171 19 5
                                    


El príncipe Zuko había terminado liberando a la pelirroja, se la había llevado en su barco para poder hacerle una exhaustiva interrogación, pero había concluido con que no era mas que una maestra tierra común y corriente, por lo que la había permitido volver, sin embargo, Záthura no deseaba eso, realmente no se sentía a gusto en el pueblo donde vivía y le resultaba interesante y divertido viajar, por lo que, aunque a Zuko no estaba convencido, sin saber porque, permitió que la chica se quedara en el barco, quizá pensaba que sería una especie de mascota y le parecía agradable la idea.

El problema es que pronto se dio cuenta de que era realmente molesta, solo se la pasaba intentando buscarle conversación y para empeorar la situación, toda la tripulación pensaba lo contrario y la consentían en sus estúpidos caprichos, incluyendo a su tío, eso lograba hervirle la sangre al príncipe.

******************

Se removía en su cama una y otra vez, pero el sueño no venía a él, abrió sus ojos y visualizó el estandarte de la Nación del Fuego que adornaba su camarote; Zuko resopló resignado y decidió levantarse a dar un paseo, quizá la brisa nocturna lo ayudaría a relajarse.

Caminó hasta la proa, pero antes de salir pudo escuchar algo, se puso alerta, se escondió al filo del marco de la puerta y agudizó su oído para detectar el sonido, logró oír con detenimiento el armonioso tarareo de una voz femenina y motivado por la curiosidad se asomó para ver de quien era aquella voz, sin embargo, se llevó una gran sorpresa.

Él la miró como nunca lo había hecho, Záthura estaba apoyada de la borda con sus codos y su cabello suelto caía por su espalda como una cascada de sangre, estaba vestida con su ropa de dormir, la cual era más ligera que su usual atuendo verde y beige del Reino Tierra, así Zuko pudo distinguir su figura femenina que se veía esplendida a la luz de la luna y aun más acompañada de su angelical canto, el príncipe la vio como si fuese el plato principal y vaya que se sirvió de el, con la vista, claro.

Estaba embelesado con el paisaje que le brindó la pelirroja, hasta que había caído en cuenta de lo que había estado haciendo y se reprochó por ello, así que estaba dispuesto a retirarse cuando el tarareo se convirtió en palabras.

Ven, y mírame

Que el cielo azul es tan basto.

Su voz era potente y le provocó un escalofrió en la piel, es como si su canto le hiciera sentir cosas que no había experimentado antes.

-Puedes venir- dijo ella sin moverse de su lugar, logrando sorprenderlo – sé que estas ahí.

Zuko lo pensó unos segundos, pero terminó colocándose a su lado.

- ¿No deberías estar dormida?

- Lo mismo te preguntó a ti- respondió ella astuta.

- Al menos yo no ando cantando.

- ¿Tiene eso algo de malo?

- Pu-pues- dijo el príncipe nervioso, por alguna extraña razón se sentía así de repente – p-por supuesto.

- De acuerdo, no lo haré de nuevo.

Zuko de repente se sitió decepcionado. El silencio perduró por unos minutos cuando Záthura decidió hablar.

- ¿No puedes dormir? Estamos igual.

- ¿Por qué no puedes dormir?

- Hm, no suelo dormir mucho en la noche, normalmente solo unas cuantas horas.

- ¿Por qué?- insistió el castaño nuevamente, ahora que la chica había plantado la curiosidad en él no estaría satisfecho hasta saber.

-¿Sabes? Sé porque te exiliaron- soltó ella cambiando el tema de manera impresionante.

Fuego y Tierra [Zuko x OC]Where stories live. Discover now