Capítulo 5: Frío

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Zuko había estado en la cubierta por días, luego de recibir una información que decía afirmar el paradero del Avatar, pues algunos lugareños confirmaban haberlo visto en la Tribu Agua del Sur, su obsesión era tal que no había dormido desde entonces. Záthura y el General Iroh estaban preocupados por él, pues su comportamiento era excesivo.

El príncipe lucía ojeroso y exhausto, pero aun así mantenía una expresión decidida.

-Zuko, deberías descansar- dijo la maestra tierra tocándolo del hombro para que advirtiera su presencia.

-¿Cómo puedo descansar si estoy tan cerca de capturar al Avatar?- exclamó sacudiéndose del agarre.

-No llegaremos hasta mañana, puedes dormir un poco... o comer algo- respondió algo afectada por su aptitud.

-Él puede aparecer en cualquier momento.

Záthura desconocía a este Zuko, que hasta entonces tenía cierto grado de obsesión, pero justo en ese instante era incluso enfermizo y eso empezaba a asustarla.

-Sé que es importante para ti, pero...- ella estaba apretando sus labios en una línea fina.

-¿Y TU QUÉ VAS A SABER?- le gritó, girándose y mirándola a la cara por primera vez, dándose cuenta entonces de que sus ojos estaban llorosos.

La chica no dijo nada más, solo apretó sus puños, hasta que las uñas se clavaron en sus palmas y se retiró. De alguna manera esperaba que el castaño la detuviera, la llamara o diera alguna señal de que le importaba, pero no fue así, entonces con el orgullo roto terminó corriendo a su habitación.

Zuko se estaba lamentando, pues hasta él se había dado cuenta de que la había cagado. Pensó en los ojos avellanados inusualmente brillantes por la humedad y se sintió culpable por como la había tratado, después de todo ella solo estaba preocupada por él. Jamás la había visto llorar, y a pesar de que no lo hizo, era la primera vez que la veía afectada por algo.

-Creo que le debes una disculpa- aconsejó su tío quien se colocó a su lado.

-Es su culpa por entrometerse- contestó sin más.

-Esta bien si crees que no debes disculparte- suspiró negando con la cabeza levemente -pero me gustaría que recordaras que ella es tu única amiga.

El joven sintió un peso, pero aun así no se movió de su sitio, con la esperanza de avistar al Avatar primero que nadie.

**********

La noche ya había caído, y al estar tan cerca del polo sur el ambiente era increíblemente helado. Záthura, al ser tan sensible al frio se colocó un abrigo, aunque esto en realidad no había surtido mucho efecto en ella, entonces pensó en Zuko, quien probablemente aun estaría en la cubierta viendo expectante el vacío.

-Es un maestro fuego, estará bien- intentó decirse, pero aun así se sentía intranquila al respecto.

Ella sabía que el castaño era lo suficientemente necio para aun permanecer en el sereno con semejante frio y por mucho que estuviera dolida definitivamente no deseaba que el joven enfermara.

Zuko seguía inmóvil, su cuerpo tiritaba, pero aun así no planeaba moverme, usó su aliento de fuego para calentarse las manos, sin embargo, sintió una tela cubrir sus hombros.

-Pensé que te estarías congelando, realmente eres así de necio.

El príncipe sintió su corazón acelerarse cuando escuchó su voz.

Fuego y Tierra [Zuko x OC]Where stories live. Discover now