ii; Muerte ya esperada

—Harry, voy a morir— Sollocé contra la almohada, aspirando el olor frutal que emanaba. Me giré y ví a Harry vomitando en el basurero —Vamos a morir— Me corregí, bajando de nuevo mi cabeza a la cama, retorciéndome cuando sentí un dolor en la parte baja de mi abdomen.

—Louis, ¿estas seguro de que esa medicina no estaba caducada?— Se separó cinco segundo de el bote para luego seguir continuando vomitando, sus ojos estaban lagrimeando y con otra mano sostenía su estómago.

—Si— Contesté débilmente, mi voz se oía diferente gracias a la almohada que se encontraba en mi cara, por igual de estar llorando.

—Lou, hay que ir al doctor, necesitamos nuevas medicinas— Se paró de la cama, jaló mis brazos que se encontraban a mis costados y me sentó en la cama, de modo que tomaba mis hombros, esto sería tan romántico si a mi no me hubieran dado unas terribles ganas de vomitar.

—¡Quítate!— Lo empujé y salí corriendo a el baño, me puse a devolver todo en el lavamanos, abrí el grifo, metí mis manos en el agua y las pasé por mi boca, tomé el cepillo de dientes verde, viendo como el de color azul tenía una "H" en la base, mientras el mío una "L", el espejo frente a él le daba un toque de elegancia al baño, este tenía un delicado borde de porcelana con toques dorados. Miró a su alrededor, buscando contra que sostenerse, miró sus pantalones, se encontraban llenos de sangre, el anterior blanco pulcro que tenía estaba completamente rojo, casi al instante oyó a Harry gritar.

—Louis, estoy sangrando— Se oyó un grito de dolor del otro lado de la pared del baño —¡Louis!— Jadeos de dolor inundaban la casa, haciendo eco en las paredes.

—Ha-Harry— Se hincó en el suelo, sin importarle donde devolvía, vomitó todos los azulejos y apretó sus manos contra una pequeña toalla que se encontraba en el suelo. Observó el desastre y tomando impulso con sus manos se arrastró para llegar a la cama, ahí vió a Harry mirándolo con los ojos llenos de lagrimas, este tenía las sábanas en su regazo, todas estás manchadas de gotas provenientes de su pantalón.

Sin decir ni una palabra se subió junto a él, gateó hasta su regazo y lloró junto a él.

—Lou— Me apretó entre sus brazos, brindándome calor con ellos, él es mi hogar, mi todo.
Harry tomó el celular de una pequeña mesa que se encontraba a su lado, y lo puso frente a él, tecleó tres números que no pudo identificar, gracias a las lágrimas que estaban en sus ojos. La habitación se encontraba en completo silencio, lo único que se oía eran pequeños lloriqueos de dolor por parte de los dos.

Novecientos once, ¿Cuál es su emergencia?— Se oía salir de la bocina de su reciente iPhone.
—Yo... necesito una ambulancia, urgente, mi esposo y- ¡Ah!— No pudo terminar por una punzada de dolor en su estómago, la voz de la señorita de oyó de nuevo por el altavoz, coloqué mis manos en la zona abdominal.
—Señor, no hace falta una explicación, denos su dirección y ahora mando una ambulancia— Harry gimió en respuesta.
—Calle veintiocho, cerca de el centro— Débilmente intentaba hablar por la bocina de el teléfono, sosteniéndolo con su mano temblorosa.
—Señor, ya vamos para allá, gracias por confiar en nosotros—

—Harry...— Susurré callándome en su regazo, golpeándome con la orilla de la cama, al instante un agudo dolor volvió a atravesarme el estómago, mi interior jaloneaba.

Harry se paró de la cama y agarró delicadamente las manos de Louis, lo llevó fuera de la habitación mientras caminaban por los pasillos solitarios, los dos daban pasos débiles a las escaleras, sus pantalones estaban completamente húmedos de las rodillas hacía arriba, llegaron a las escaleras, Harry bajó primero, agarrándose fuertemente de las varillas de madera en la escalera, mis piernas comenzaron a fallar en el primer escalón, nuestros pies descalzos no ayudaban, bajé lentamente tras de él, me apoyé en mi pie izquierdo, me detuve, y respiré profundamente para tranquilizarme, mis manos comenzaban a temblar.

Él caminó al sofá y se recostó en este, lo manchó de la sangre que estaba en sus pantalones, eso era lo de menos, él empezaba a derramar más sangre, esta humedecía lentamente todos sus pantalones.

—Harry...— No terminó de hablar y cayó a los pies del sofá.

—¡Louis!— Se levantó, tropezando y golpeando su dedo meñique del pie, cayendo a su lado. Tomó la mano del de ojos azules y la apretó, y rendido cerró sus ojos, soltando unas lágrimas antes de hacerlo.







°°°

Four in house; 『Larry Stylinson』 「l.s」     [M-preg]Where stories live. Discover now