v; Jodido chico calenturiento

—¡Me voy de este horrible hospital mal pagado!— Se oía una voz fuera de estas cuatro paredes.

Alguien entró a mi habitación y me cargo, abracé su torso con mis piernas, puse mi cara en su cuello y abrí los ojos. Inhalé en este y lamí.

—¿Lou?— Volví a cerrar los ojos disfrutando unas leves caricias que daba en mi espalda.

—Harry, nos vamos— Estaba enojado, mas mantenía su tono de voz un tanto leve hacia mí. Siguió acariciando mi espalda, bajando la mano y metiéndola en mi pantalón, jaló mi ropa interior y la soltó de un golpe.

—Bien— Mi voz sonó demasiado débil a mi parecer.

Caminó a la puerta y la abrió lentamente saliendo de la habitación. Ví como pulsaba un botón y este abría unas puertas que suponía que eran hacia el elevador, entramos en él y comenzó a deslizar sus manos de nuevo en mi pantalón. Moví mis caderas contra la parte baja de su estómago. Louis soltó un gemido. Su mano tocó varias veces el botón de planta baja. No recuerdo haber subido de piso.

El elevador se detuvo. Caminó a lo que supongo que era la recepción.

—Louis, tu mano— Susurré lamiendo su oreja. Él soltó un gemido lastimero, quitó su mano lentamente, la pasó lentamente por mi estómago, bajó y apretó mi pene sobre mi ropa. Quitó su mano y acarició mi muslo. Mordí su cuello.

Vió directamente a la persona tras el mostrador.

—Quiero una ho-ja de quejas— Su voz sonaba forzada.

—¿Se encuentra bien?, señor— La voz de un chico habló.

—Solo deme una de sus horribles y baratas hojas de quejas, ¿qué todos aquí son metiches?— El chico se agachó un poco y sacó algunos papeles

—Estás son— Le tendió dos hojas. Louis retiró su mano de mi pierna y las agarró. Me bajó lentamente y me colocó a su lado.

—Lapicero— Sonrió falsamente hacia el chico. Este sin decir nada le entregó un lapicero color azul. Louis comenzó a escribir en la hoja, terminó y llenó la otra hoja, cambiando los nombres de quién lo escribía por el mío.

Le tiró su lapicero y dobló las hojas para después meterlas en un buzón que estaba en una esquina del mostrador.

Me giró de nuevo a él y me cargó. Salió de ese hospital y caminó a un banco que estaba afuera de este, me dejó ahí sin decir ni una palabra y se acercó a el borde de la banqueta, sacó su mano y detuvo a un taxi. Le dijo algo y abrió la puerta. Se acercó a mi y me tendió una mano para levantarme.

—Nos vamos— Tomé su mano y caminamos a el auto. Entramos, cerrando la puerta al ingresar.

—¿A dónde los llevo?— El conductor nos miró por el espejo retrovisor.

—Avenida Mirrow #201— Se acomodó en el asiento y colocó mi cabeza en su hombro. Yo conocía esa avenida, era la casa de su madre.

—Lou, ¿por qué vamos allá?— Abracé su cintura —Quiero ir a casa—

—Hazz, no podemos ir a casa, tan siquiera puedo estar de pie, mi madre sabe que hacer en estos casos, nos quedaremos con ella— Giré mi cabeza a la ventana —Harry, no te enojes, allí se encuentra tu mamá también, las he llamado y hemos quedado vernos ahí— Tomó mi cara y dejó un beso en mi frente, se separó de mí y estiró su cabeza hacia atrás.

Me acosté en sus piernas y soplé su miembro sobre su pantalón lo bastante fuerte para que lo sintiera. Se incorporó rápidamente y me miró con los ojos muy abiertos.

—Harry, ¡no!— Su voz se oía como un reclamo combinado con un gemido. Me tomó por los hombros y me colocó en mi lugar. Giré mi cabeza sonriendo con malicia, tomé su cuello y estampé sus labios en los míos, lamí lentamente los suyos y sin dejar de hacerlo me senté sobre sus piernas, de forma que su entrepierna estuviera aprisionada contra mi trasero y la mía contra su estómago.

—Señores, su-su destino hemos- llegado— La voz del señor se escuchaba un tanto sorprendida, este también estaba tartamudeando. Me paré de sus piernas y bajé del auto esperando que él pagara, observé la casa y visualicé un carro blanco fuera de esta. Louis bajó después de unos segundos, tomó mi mano y caminamos a la puerta.

Su mano dudaba en tocar o no hacerlo, finalmente golpeó tres veces la puerta y esta se abrió casi de inmediato, dejando ver a una muy arreglada mujer con una linda sonrisa en su cara. Atrás de ella se encontraba mi madre, sonreí un poco y entramos en silencio.

—Bien, Louis cuéntanos— Jaló la mano de Louis y ocasionó que yo también fuera hacia allá, nos sentó por los hombros a los dos y se fue corriendo a un sillón frente a nosotros.

—Louis, ¿que es eso que estoy viendo?— Señaló su entrepierna, se encontraba notablemente excitado, sus pantalones estaban levemente húmedos. Casi veía su pene palpitar. Inmediatamente Louis tapó estos.

—No creo que sea necesario decirlo— Interrumpí antes d que Louis hablara. Todo se quedó en silencio de nuevo.

—Ya que no quieren confesar, hablen sobre que querían que supiéramos— Exigió mi madre, esta se encontraba alado de Jay, ambas sonriendo pícaramente.

Louis abrió su boca. Pero mi madre lo interrumpió.

—Infiernos Harry, te ves mas gordo, te dije que no te fueras a vivir con Louis, ya los puso a los dos obesos, ¡mira sus barrigas Jay!— Señaló nuestros estómagos.

Louis volvió a boquear unos segundos, ofendido. Luego decidido, habló.

—Anne, mamá, lo que pasa es que Harry está embarazado— Louis empezó a hablar, lo miré con los ojos muy abiertos.

—¡Harry!— Mi mamá me miraba sorprendida —Me decepcionas, creí que eras activo, ¡eres más alto!— Tomó uno de los cojines y me lo lanzó a la cara, dándome directamente en la nariz.

—¡Eso Louis! ¡Siempre lo supe!— Empezó a festejar y a saltar por todas partes, paró de repente —Oh Dios... ¡Dime que es más de uno! ¡Que la cadena de los Tomlinson siga!— Siguió celebrando.

—Jodida mierda— Contesté mirándolo con temor. Yo no sabía de esa jodida cadena. —¡Louis también lo está!— Ataqué la felicidad de su madre, quien se detuvo al instante.












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SE ACERCA EL 7 DE MARZO, EMOCIONADA POR TWO OF US.




Me dolió escribir de Jay

Four in house; 『Larry Stylinson』 「l.s」     [M-preg]Where stories live. Discover now