Capitulo IV: El Silencio del Cordero

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—Papá, esto es importante —dijo Stiles mientras seguía a su padre hacia el interior de la oficina, su padre como Sheriff tenia su propia oficina. Vio apenas detrás a Parrish y Haigh, los dos nuevos adjuntos. Parrish debía de tener apenas unos 20 y tantos años, tenia el cabello dorado y los ojos claros, también parecía ser el más amable de ambos.

Haigh era todo lo opuesto, un idiota que daban ganas de golpearlo si te decía incluso hola, aunque claro, no conocía que eran los modales.

—Bien, dime —dijo este cerrando la puerta detrás de si, Stiles comprendió que sus adjuntos no sabían exactamente que clase de ciudad era Beacon Hills.

Aunque su padre lo había descubierto también recientemente cuando por fin había logrado convencerlo, claro que ayudo el hacer que Scott se transforme frente a el.

—Necesito que saques a Lydia de Eichen House —declaro moviendo las manos para darle énfasis a la cuestion— Scott esta desaparecido y creo que es la única que puede ayudarnos.

El Sheriff negó

—¿Recien ahora me dices que Scott ha desaparecido? —pregunto este de repente enojado— Stiles, tienes tres segundos para decirme todo lo que me has ocultado.

Este suspiro dramáticamente

—En este momento, no hay tiempo —dijo— cuando saquemos a Lydia y rescatemos a Scott, tendremos una conversación donde fingiré que tienes autoridad y todo eso. Ahora, necesitamos sacar a Lydia de allí.

Ahora el toco el turno al Sheriff de suspirar y miro más allá, cuando Parrish golpeo la puerta, levantando la mano le dijo que esperara:

—Me encargare de esto —dijo el— tengo que hablar con los padres y luego crear alguna excusa suficiente para el doctor, ¿bien? Solo necesito que no te metas en problemas hasta entonces

Stiles bufo

—Yo nunca me meto en problemas —declaró

Su padre le miro alzando una de sus cejas,   irónicamente, Stiles rodó los ojos y salio de allí.

Aunque se detuvo para oir lo que Parrish le diría a su padre.

—¿Es un nuevo cuerpo? —pregunto su padre

Parrish asintió

—Fue encontrado en el bosque —comenzo a explicar— no es un ataque animal, el método se ha vuelto a repetir una y otra vez.Un golpe en la cabeza, la garganta cortada y estrangulamiento...Nunca vi nada así.

—Yo tampoco, pero si dejamos que la información se filtre cundirá el pánico en el pueblo, es mejor mantenerlo en silencio un tiempo más.

....................

Lydia fruncio el ceño al abrir la carpeta que contenía múltiples hojas una junto a al otra, reconoció una foto de ella de cuando fue ingresada, pero apenas le presto atención.

Las hojas tenían algo extraño, no eran como las clásicas fichas de un paciente eran como...

—Un diario... —pronuncio, tomando la primera hoja, ajena a lo que Malia estaba haciendo, quien se había detenido y la había mirado.

Paciente: Lydia Martin

Doctor: Arnold Cordero

Recibí la confirmación de mis superiores de que se me había elegido para tratar a los pacientes de  Eichen House. Menuda emoción, todos han querido entrar allí, debido a que allí se puede realizar cualquier examen sobre la mente del ser humano. A nadie parecen preocuparle demasiado esos "locos", lo que me dara la oportunidad perfecta para probar mi tesis.

Cuando he llegado, me he topado con una nueva paciente, apenas una niña, su nombre es  Lydia Martin.

Es una niña extraña, frágil, que no entiende las voces que le hablan. Esta siempre silenciosa en su cama, parece aferrarse vagamente a la vida.

Me interesa este paciente en particular, hay algo, diferente en ella.

Algo que me llama poderosamente la atención.

Oyó a Malia chiflar por lo bajo:

—Este tío estaba un poco obsesionado contigo ¿no? —el sarcasmo salio fácilmente de  los labios de la chica y Lydia alzo la vista. Malia tenia otra carpeta en su mano, su nombre garabateado en al portada.

—Sabes que se darán cuenta si desaparecen ¿verdad? —pregunto

Malia se hundió de hombros

—Pienso escaparme de aquí antes de que se den cuenta —dijo esta— ¿Y tu? ¿Qué harás con ese archivo?

Lydia no contesto, realmente no sabia que haría con su archivo. Por algo su otra versión quería que los viera, concentrándose, leyó la siguiente hoja.

Dos semanas después

Han pasado dos semanas desde que llegue, los pacientes son fascinantemente extraños. Desde Hillary, la chica que sufre de trastorno obsesivo compulsivo, hasta Gary, Dan y Mary quienes por alguna razón se creen Jesucristo.

También Oliver y Meredith, esos dos chicos son sumamente extraños, pero entre todos, se destaca Lydia.

Sigue silenciosa, es un milagro que sus padres la visiten, pero eso no parece ayudar en su condicionamiento de soledad.

Parece que una oscuridad creciera en su mente. Y lo único que posee es ese collar, creo que esa podría ser la clave de esa infancia que ella ha estado bloqueando, la que sus padres no quieren que sepa. Es el vinculo con su vida anterior, antes de que se convirtiera en lo que es ahora.

Brunski le quito el collar la otra noche, ella sollozo y las enfermeras tuvieron que sedarla. Se que lo guarda en algún sitio, solo debo encontrarlo.

—¿Collar? —pregunto, ella no recordaba tener ningún collar. «...Creo que esa podría ser la clave de esa infancia que ella ha estado bloqueando». Necesitaba ese collar.

Apretando los labios miro el resto de las hojas, decidida tomo un par de hojas blancas de impresora que habían sobre la mesa y las sustituyo por las originales. Tomándolas, se las guardo dentro del saco de lana, por las dudas de que alguien la descubriera.

—Chica lista —dijo Malia— supongo que hasta aquí termina nuestra fiesta nocturna.

Malia salio y comenzó a caminar, y por un impulso, Lydia la siguió.

—Espera —est ase detuvo— te ofrezco un trato.

Luego de un momento, Malia se giro

—Habla

Lydia respiro profundamente

—Te doy una forma de salir de aquí sin necesidad de escapar —dijo— ya cambio me ayudaras a entrar en la oficina de Brunski.

La cual era la más difícil de entrar, por lo que sabia el mantenía siempre sus llaves consigo.

Malia apretó levemente los labios, como considerándolo, y Lydia pudo ver una imperceptible sonría.

—Creo que tenemos un trato, Lydia Martin.

Luego se dio media vuelta y se fue. Lydia la miro hasta que doblo por el pasillo, dándose cuenta de que debía de volver a su habitación.

La sensación de que acababa de dar un paso hacia un gran misterio ,persistió toda la noche.

Dispara | Teen Wolf #3|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora