iv. a bad plans changing!

2.2K 270 146
                                    

I CHOOSE YOU TO FILL MY VOID !
capítulo cuatro: un feo cambio de planes!

I CHOOSE YOU TO FILL MY VOID !capítulo cuatro: un feo cambio de planes!

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Amazonas. Bosque tropical amazónico. Long O51° 21' 0" - Lat S2° 22' 0". Brasil. 16 de marzo, 7:05 pm.

Hera.

Unas simples gotas del cielo trajeron una intensa lluvia. Caía sobre nosotros acompañada de un viento que me calaba hasta en los huesos. Rápidamente guardé todos los dispositivos que necesitábamos dentro de bolsas de cierre hermético.

Busqué desesperadamente un refugio o algo que nos sirviera para mojarnos menos.

─Rápido, ahí ─Señalé un gran árbol de mango a unos cuantos metros.

Aceleré el paso en seguida, pero a mitad de camino me volteé cuando no escuché los pasos del capitán tan cerca de mí. Había estado detrás de mí en silencio.

La confusión llegó a mi rostro cuando noté que cojeaba de una pierna. La del tobillo que se había lastimado. No podía creer que en todo el camino que llevábamos caminando no mostró ninguna queja, y se mantuvo detrás de mí sin decir una palabra.

La tierra se convirtió en barro, volviendo el camino más resbaloso. Evidentemente no convenía que el capitán siguiera con ese tobillo adolorido, ya veía su perfecto trasero de América plantado en el suelo.

─¡Dijo que se curaba rápido! ─Acusé, volviendo con él─. Se avecina una tormenta, sostengase de mí. Hay que llegar al árbol.

─No se preocupe, Capitana ─Se negó, manteniendo su paso─. Adelántese, la lluvia podría ocasionarle un resfriado, voy detrás de usted.

Resoplé, odiaba los hombres tercos.

─Resfriado un carajo, no voy a ir a ninguna parte ─Repuse─. No sin usted, Capitan.

A un compañero jamás lo dejas atrás. En la milicia hacían que hasta hicieras caligrafía con esa frase. Nunca he dejado a un soldado atrás y no lo haría en ese momento.

Él se detuvo y me miró. Por primera vez en toda la misión, le sostuve la mirada sin ningún problema.

Yo creía imposible dejar la acostumbre de quedar hipnotizada por esos ojos que se cargaba, pero eso no quitaba el hecho de que no estuviésemos en la situación adecuada para pensar en sus hermosos ojos. Al final él murmuró un "de acuerdo" y pude pasar su fuerte y enorme brazo sobre mis hombros, lo aseguré con la suficiente fuerza para ser un apoyo funcional.

La lluvia hizo que mi cabello se empapara, pero no me importó. Caminamos entre la maleza para llegar al gigantesco mangozal que usaríamos como refugio.

El día empezaba a oscurecer entre tonalidades naranjas y moradas, el aleteo de las aves fueron sustituidos por los de los murciélagos, y los monos ya no se columpiaban en las copas de los árboles. Apenas llegamos el capitán Rogers se soltó de mí y se dejó caer en el área de suelo que no había alcanzado a mojarse.

𝒏𝒚𝒎𝒑𝒉,   steve rogersWhere stories live. Discover now