Políticamente incorrecto

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Soy un parásito, una bacteria, un virus come carne de la peor calaña, asqueroso, putrefacto y vil, habito en los rincones más oscuros pero también he sido visto en los momentos más lúcidos y concurridos, mi origen es incierto pero mi finalidad certera, acabar con hasta el último ápice de vida que mueve este desordenado y caótico mundo, ¿por qué? Sencillamente porque puedo, ¿que se cree este mundo? ¿Cree que puede existir sin mi presencia? Ingrato, yo que puse mi oscuridad en sus cimientos, está hecho de mí hasta las entrañas, soy su esencia, nos pertenecemos, somos uno, y ahora ¿pretende deshacerse de mí? Iluso. 

El día se reinicia, la rutina me invade, y repite sin cesar, vive, despierta, carga, descarga, envía, recibe y muere, soy el alma de todos los soldados caídos en batalla, soy el aire que respiran los nuevos cadetes ansiosos de cambio. Del exterior llegan bombas cargadas con esperanza para apagar a los insurrectos, vemos una batalla ganada, se apacigua el encarnizado hedor que emana de esta piel pútrida, pero como cualquier plaga encuentra la forma de re insertarse en su huésped, pero si 100 veces vuelve 100 veces lo aplacamos.

Porfiado ser con el que me he encontrado, no quiere desfallecer y está seguro de que tomará el control, pero en este instante de lucidez puedo apreciar la dualidad que habita en nuestras calles, solo existe una solución a este desgastante altercado... su entrada nos atraviesa, frío, macizo e infalible.

El cuarto rojoWhere stories live. Discover now