3. Última vez. ✔️

194 26 31
                                    

Día 2.

**

Extraído del diario de Yulissa Reyes.

**

Es increíble cuán difícil me resulta sacar lo positivo de todo ésto. ¿Siquiera hay algo todavía? Ya no queda nada. O es eso lo que comencé a creer desde que te fuiste, no podías culparme, después de todo nunca fui quién conseguía ver el lado bueno de nada, ése eras tú.

Es gracioso, ¿verdad? Porque ahora ya no estás. ¿Qué se suponía que se hacía en éstos casos? El chico quien obtuvo la mejor versión de mí, ya no está.

No hay lado bueno en nada de esto.

¿Cómo es que pudo suceder algo así? Yo no me lo merecía. Habiendo tanta gente en el mundo, tenía que perder yo a una pieza tan importante de mí.

No tardó mucho en comenzar a formarse un odio incontrolable muy dentro mío. Qué creció y creció a medida que pasaban lo días. Comenzó después de que Xavier me diera la noticia de que te habías ido. Rompí en llanto esa vez, desde entonces no me detuve. No podía creer que algo como eso nos estuviera sucediendo. ¿Quién diablos lo vería venir? Unos días antes estábamos juntos como cualquier otro día.

Dime, ¿quién diablos lo vería venir?

Soy una estúpida, no sabes cuánto me duele haber sido tan estúpida. Te tenía ahí de frente, y no valoré el poco tiempo que nos quedaba. Odio recordarme, porque odio saber que no fui suficiente para ti. No merecías que yo actuara como una estúpida. No merecías a alguien como yo.

Lo siento, de verdad.

Desearía poder decirte que siento tanto no haber sido suficiente.

Pero el odio tuvo un triste comienzo.
En cuánto los minutos se me hacían eternos, tirada allí contra tu hermano, mamá entró a envolverme en sus brazos llorando al mismo tiempo. Ella estaba asustada por verme así.
Vacía, destruida. Ella no supo cómo sanar mi dolor.
Mientras creía que ya no podía tragar aire mientras lloraba, ya que las lágrimas se me habían agotado, comencé a odiarme a mí misma.

Me odié, porque recordé la última vez que te ví.

Lo recordé después de que pasaron las horas y tu hermano me envolvió en un abrazo de consuelo, ambos nos sostuvimos, éramos lo único que nos quedaba.

—Sólo queríamos ir de pesca, él estaba contento, pero después... Todo pasó muy rápido, se resbaló y cayó al agua y entonces ya no lo ví.

No podía inhalar el aire por la nariz porque los tenía lleno de mocos, y mis ojos se encontraban inundados de lágrimas. Asentí soltando un ruido ahogado. Después, volví a sollozar amargamente.

—Cuando fuimos por ayuda yo... Estaba temblando y llorando, nunca me sentí más impotente en la vida, nunca me sentí tan culpable.

Traté de formular con mis labios un "Lo siento", en ese momento no podía hablar, pero entendía el dolor de tu hermano, aunque nada de lo que Xavi estaba explicándome tuviera sentido para mí.

Sabía que tú, Xander, amabas nadar, tus clases de natación a los siete años no podían haber sido en vano. Era casi irónico, eras amante de todo lo relacionado con los mares y viajes, tener un accidente como ése no tenía nada de sentido, o lo tenía demasiado.

Océano [ En corrección ]Where stories live. Discover now