XXVI

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Canciones del capítulo: On The Floor de Jennifer Lopez y Partition de Beyonce.

Ya saben lo que se viene, así que leen bajo su propia responsabilidad.

***

La fiesta ya había llegado a su término, por lo que se podía decir que éramos oficial y absolutamente libres como para poder marcharnos de ahí. Supongo que producto de las infinitas cantidades consumidas de vino espumante, al final del evento, Harry ya estaba un poquito pasado de copas, sin embargo, no era nada de lo que preocuparse. Se podría haber dicho que su estado rozaba casi la sobriedad, a excepción de los detalles de la contagiosa risa que estaba presente en su rostro y de lo ultra cariñoso que se había puesto de repente.

Subimos al ascensor, el cual se encontraba completamente vacío, Harry marcó el último piso de este, y en cuanto se cerraron las puertas metálicas, prácticamente se abalanzó sobre mí para besarme el cuello.

Solté una carcajada, divertida ante su comportamiento, mas mi risa desapareció de inmediato al sentir su lengua haciendo contacto con mi piel, en conjunto con esos suaves mordiscos que me daban sus dientes cada tanto, estimulando uno de mis puntos más débiles del cuerpo.

Su boca ascendió hasta la mía, buscándola, sedienta, acompañada de sus manos que me tocaban con frenesí. Cerré los ojos, disfrutando de su propia ansiedad. Fue con ello que una pequeña e ínfima sensación de alivio surgió en mí, era esta clase de actitud la que me daba la esperanza de que ya se hubiese olvidado de que quería cobrarme la maldita apuesta. O al menos conseguí ilusionarme con ello, hasta que luego comprobé que en realidad estaba totalmente equivocada, que esa apuesta aún no se eliminaba de su sistema.

-Ya estoy deseando que bailes para mí, muñequita... -gruñó, entre besos.

En cuanto sus palabras llegaron a mis oídos, me tensé. Styles realmente estaba esperando que cumpliera con lo que le debía.

Afortunadamente, el ascensor se detuvo en nuestro destino, por lo que encontré una excusa con la que separarme de él, recobrando la compostura. No, no era como si me importara que alguien nos fuese a ver, sino que necesitaba empezar a mentalizarme para lo que se me venía encima.

Entramos a la suite, llevándome una sorpresa inmediata al descubrir el cambio que esta había sufrido en cuanto a la disposición de los muebles y su iluminación. Era como si prácticamente el sitio se hubiese convertido en el perfecto salón para un baile privado, lo cual resultaba bastante increíble considerando que hacía menos de cinco horas era una tradicional, típica y lujosa habitación de hotel.

-Verdaderamente lo tenías todo planeado, ¿No? -inquirí, observándolo y alzando una de mis cejas en el gesto.

-Culpable -declaró, orgulloso.

Solté un suspiro de resignación. Estaba destinado a suceder.

-Bien. ¿Y qué se supone que quieres que use cuando te esté bailando? -quise saber, tratando de sonar curiosa y coqueta. Ciertamente, no conseguía entusiasmarme con la idea.

-Tranquila, muñeca, créeme que lo tengo todo preparado -sonrió juguetonamente.

Sin más preámbulos, me guió a la habitación principal, la cual -a diferencia del resto de la suite- permanecía intacta, a excepción de la caja rosada rectangular que se hallaba a los pies de la cama, y que rezaba con letras negras el nombre de la marca Victoria's Secret.

Por supuesto que a Harry no se le iba ningún solo detalle.

-¿Algo más que necesites? -preguntó, sonando tan servicial como jamás lo había hecho. Estaba segura de que disfrutaba fastidiarme con todo eso.

Million Dollar Man » Harry StylesWhere stories live. Discover now