Cuando dos mejores amigas comienza a vivir juntas en su juventud, todo parece ser increíble. Hasta que la vida te azota y te das cuenta que no todo es color de rosa. Soraya es una chica escritora que logra convertir una página de internet viral con...
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Cuando subí al apartamento, por suerte Tatiana estaba en la casa y no tuve que pasar la noche afuera. Me dijo que Roy tuvo que regresar al hospital y solo la trajo a la casa. Le cuento lo que pasó con Monik y por poco infarta de risa.
—No puedo creer que dijiste que Mike es tu novio.—se ríe mientras aplaude como foca —Ósea primero no querías saber nada de él, y ahora ¿es el amor de tu vida?—su risa sigue retumbando por toda la sala.
—Bueno, entre en pánico ok.—digo entre risas y nerviosismo— Monik tiene una habilidad para jugar con mi mente, no me dio tiempo a pensar. Solo se me zafó el nombre de Mike.
Tatiana se para a buscar vino en la nevera. Esto pinta ser una noche larga de chicas. Eso es lo que necesito. Vino, risas y mi mejor amiga a mi lado.
—¿Entonces qué piensas hacer? —pregunta antes de darse un sorbo de vino.
—Aún no lo se.—suspiro profundo— La verdad quiero mucho a Mike y no quiero romperle el corazón. Pero esta vez necesito su ayuda.
—Pues esta vez, alguien va a tener el corazón roto, o tú si no lo llevas ó él, si realmente le gustas y lo utilizas así. —suspire profundo antes ese último comentario de Tatiana.
—Ya lo tengo —miro a Tatiana con amor— ¿Te vestirías de hombre y te harías pasar por Mike? —puse carita de gatito arrepentido.
—Lo haría, pero el mundo no está preparado para un hombre como yo. —dice con mucha seguridad y arrogancia.
—La verdad es que no. No estamos preparados. —le di un sorbo a mi vino ahogándome un poco
—Ay mi pequeña saltamontes. No se por que siempre te metes en estos líos. —dice moviendo su cabeza de lado a lado— Vas a tener que sacar mucho valor y esta vez no te podre ayudar. Te complicas tanto, tan fácil que es salir con él. Mike esta buenísimo. —se ríe sutil de su último comentario.
—Estas loca Tats, muy loca.—miro al techo mientras bebo mi copa de vino. —¡Pero ya! no hablemos de eso.
—Bien. —se acomoda en el sofá, sentándose mejor— Oye, sabes. La pase muy bien con tus amigos. Creo que después de todo tener amigos geeks no es tan aburrido. —me empuja el hombro haciéndome virar un poco de vino en el piso.
—Pero y que te pasas. —la miro sorprendida.— Por que eres tan salvaje. Si no conociera a tus padres diría que son los vikingos. A ver Tats, ¿Ya estas borracha?— digo en forma de burla.—No más alcohol para ti. —digo entre risas.
Le arrebato su copa de la mano y bebo su copa y la mía a la vez. Estuvimos toda la noche entre risa y empujones. Juegos de mesa y mucho pero mucho alcohol. Bebimos y reímos hasta quedar dormidas en el piso de nuestra sala.
Llegó la mañana siguiente y el dolor de cabeza fue lo que me hizo recibir la mañana. La punzada en la cabeza me recordó que ya no tengo 18 años y que no resisto el alcohol como antes.
