"Lollipop" (Adap.) «YoonMin»

02 - Celos

Como todo lo bueno no podía durar, a los pocos días tuvieron que volver a Seúl para reanudar los numerosos pendientes de su usualmente apretada agenda.

—¿Vas a seguir con lo mismo? –preguntó Jungkook a su hyung picando su mejilla repetidas veces.

—Si Jungkook, voy a seguir con lo mismo –respondió Jimin mirando al menor de reojo sin hacer nada por detener sus molestas acciones–. Nadie te manda de bocón.

—Pero si no dije nada malo –se quejó el más alto recostándose en el regazo del otro, para que dejase lo que estaba haciendo y le prestara atención.

—No, solamente insinuaste que he fantaseado con la cantidad de cosas que podría hacer Yoongi con su boca y su lengua –murmuró de mala gana–. Nada realmente importante a decir verdad.

—A ver, párame el carro ahí –Jungkook tomó asiento junto a Jimin y lo miró fijamente, intentando contener las risas–. Yo solo dije que había fantaseado con alguno de ustedes, no dije nombre y mucho menos que clase de fantasías... estás desatado Jimin-ssi.

—Ya cállate –el mayor empujó a Jungkook y cubrió su rostro con una mano para que este no viera su cara de vergüenza.

—Muchachos –les llamó Jin, interrumpiendo las carcajadas de Jungkook–, debemos salir.

Ese día tenían la grabación de un programa cuyo nombre Jimin no recordaba ya que andaba en las nubes por culpa de Yoongi, y para él la cosa no sería tan mala si tan solo no contara con la presencia de su archienemigo no declarado, Lee Ahyun, el cual parecía estar pegado a Yoongi como una garrapata (aunque en realidad fuera al revés).

—Te vas a arrugar si sigues frunciendo el ceño así –bromeó Hoseok tallando la frente del más pequeño para borrar esas líneas de expresión.

—Ah... lo siento hyung, estaba intentando recordar algo –rió con nerviosismo por lo mala que fue su excusa.

La grabación transcurrió con toda la normalidad que ellos ocho podían aportar. Jungkook se reía disimuladamente de Jimin. Jimin miraba fijamente a Yoongi, el cual no parecía querer apartar las manos del cuerpo del actor.

—Creo que ya lo asesinaste mínimo unas cinco veces –murmuró un risueño Jungkook para hacer enojar al pelinegro.

—Jeon –dijo con voz demasiado calma para el gusto de Jungkook–, estás tentando a tu suerte.

El maknae rió y Taehyung, que estaba cerca y solo escuchó lo último de la conversación, no se lo pensó dos veces antes de golpear a Jimin en la cabeza.

—¡Oye! ¡Eso dolió!

—Para que veas mejor a quien amenazas, mocoso –dijo el platinado con seriedad.

—¡El comenzó! –exclamó Jimin señalando a Jungkook, que literalmente se revolcaba de las risas en el piso.

Jimin no escuchó lo siguiente que dijo Taehyung porque su mirada se desvió nuevamente a Yoongi, el cual acababa de sacar una paleta de su bolsillo y estaba a punto de introducírsela a la boca.

—Lo siento, me tengo que ir –dijo de forma casi mecánica y no supo si se dirigía a Taehyung o a un ya recuperado de su ataque de risas Jungkook.

El bailarín no dio más explicaciones y procedió a salir del estudio casi a la carrera con una mal disimulada tienda de campaña entre sus piernas.

—Maldita sea.