"Lollipop" (Adap.) «YoonMin»

03 - Confrontación

Recostado en su cama, con los brazos tras su cabeza y mirando al techo, Jimin pensaba en que había hecho mal al huir del set de grabación así como lo había hecho pero, ¡hey! Él no podía acercarse a Yoongi y al segundon básico del diablo (alias Lee Ahyun) y armar una escena de celos así como así, más que nada porque su hyung no entendería; además estaba el hecho de que tenía una muy notable erección y no quería que alguno de los chicos lo viera y comenzaran las preguntas incómodas junto a comentarios molestos.

El sonido de los nudillos golpeando su puerta lo distrajo de sus pensamientos.

—¿Jimin estás aquí? –la sorpresa que le produjo a Jimin el escuchar la voz del dueño de sus pensamientos tras la puerta casi hace que caiga de su cama–. Jungkook dijo que te sentiste mal de repente y que viniste a descansar.

Bendito fuera ese niño.

Jimin debía recordar hacerle un altar a su menor.

—¿Jimin?

—Ehh... si hyung, estoy aquí –respondió haciendo muecas por lo tonta de su respuesta–. Me siento un poco mejor.

—Eso es bueno –dijo Yoongi abriendo la puerta.

Los dos se miraron fijamente por un largo tiempo, sin saber que decirse el uno al otro. Bueno, Jimin si sabía que quería decirle, pero quizás era muy temprano para decirle a Yoongi que hiciera con su cuerpo lo que quisiera.

—Jimin –comenzó a decir el mayor apartando la paleta de fresa de su boca. El pelinegro contuvo un gemido ante la erótica visión –, ¿está todo bien? –preguntó preocupado tomando asiento en un espacio libre de la cama–. Me refiero conmigo, has estado un poco extraño desde que volvimos de la playa.

Jimin, que se había sentado, no sabía que responder, ciertamente había hecho todo lo posible por evitar estar cerca de Yoongi luego de lo dicho en su borrachera. Él en serio pensaba que había sido demasiado obvio que su hyung sabía de todas las perversidades que había pensado de él (¿y para qué negarlo?, con el también).

—Hyung, verás... yo... –las palabras quedaron atascadas en su garganta.

—¿No eres tú, soy yo? –preguntó alzando una de sus perfiladas cejas al tiempo que chupaba su paleta–. Eso suena como si me estuvieras terminando Jiminie, y para poder terminarme tendríamos que tener algo primero.

El contrario se había quedado de piedra, sabía que él y Yoongi no eran nada, pero que el mayor se lo dijera en su cara con la expresión más tranquila del mundo le producía un terrible malestar.

—Sin embargo –dijo en un susurro, regalándole una sonrisa misteriosa, casi perversa, no de aquellas que caracterizaban al mayor–, deberías saber que si tú y yo tuviéramos algo, no permitiría que terminaras conmigo.