Capitulo 2

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Año 2020

—¡Niñas, la comida esta lista! ¿Qué leen?—mi madre se acercó hacia nosotras y apoyó el hombro en el gran ventanal que daba a la terraza.

Miré de reojo a Lisa y supe que no tenía la mínima intención de contestar, puesto que estaba más embobada que nunca con su nuevo libro. Le encantaban las novelas juveniles, románticas y todo eso que sólo ella entendía muy bien. Así que tomé la iniciativa.

—Lisi lee una de sus asquerosas novelas románticas—apartó la vista del libro y me fulminó con la mirada, aunque no me importó— y yo estoy a punto de terminar El misterio de Salem's Lot—sonreí al ver como mi madre nos miraba. Era una mujer muy preciosa y que nos amaba más que a cualquier cosa, éramos sus princesas.

—¡OYEE!—Lisa me gritó enojada— No me llames Lisi, ni que tuviera cinco años ¿entendiste?—me señaló.

—Pues a veces lo pareces..—me encogí de hombros y seguí con mi lectura.

Por alguna razón a las dos nos gustaba la literatura, nos encantaba leer, pero claramente cada una tenía sus propios gustos en cuanto a los géneros. A mi me encantaban las novelas de misterio, y si le metían un poco de romance pues la verdad es que era aceptable—no lo niego—y Lisa... bueno a ella le encantaban las historias amor, era una fanática de ellas.

—Bueno ya niñas, calma—nos dice mamá— no tarden mucho ¿vale?—asentimos con la cabeza y giró sobre sus tobillos hasta que desapareció en el interior de la casa.

Tan solo me quedaban unas páginas para terminar el libro, y cuando menos me lo esperaba Lisa pasó por mi lado, se inclinó y le dio un lengüetazo a mi mejilla.

Oh, eso sí que no me lo esperaba.

—¡Iugh, Lisa!—me quejé y arrugué la nariz, pero eso solo hizo que se riera a carcajadas.—¡eres una cochina!

—Así que si sabes decir mi nombre bien ¿eh?

—Lisi

—July

—Marie

—Cochina

—Foca

—Ballena

—Fea— le saco la lengua.

Suspiró y por fin se rindió.

—Bien, pero espero que algún día te dignes a leer uno de mis libros y a lo mejor dejo de hacerlo...a menos de que quieras mas lengüetazos, claro. Hasta entonces...—dejó la frase suspendida en el aire y salió de la terraza con una sonrisa triunfal.

Te odio pequeña Lisi

La verdad es que no podía negarme a su propuesta, a menos de que quisiera tener sus babas en mis mejillas y la verdad es que era de lo más asqueroso. Sacudí la cabeza y me pare inmediatamente para ir a su habitación.
La suya estaba hasta el fondo del pasillo, era la última habitación. Toqué y ella me dejo pasar.

—Solo porque no quiero tener babas tuyas en mi cara, no es por otra cosa —le digo y me sonríe.

—Lo que digas hermanita, aunque sé que seguramente lo terminas hoy mismo—me aseguró.

—¿Pues a qué esperas? Anda, muéstramelos—le dije, haciendo que se levantara de la cama y fuera directo a la estantería.

 —Voy voy —tomó uno de los libros y me lo tendió.

«Nosotros en la luna»

Salí de su cuarto y me encaminé al mío. Me tumbe en la cama y comencé a leer.
Cuatro horas después y ya me estaba muriendo por saber el final de la historia. A decir verdad— seré muy sincera —desde el principio me atrapó y no había forma de que parara de leerlo, era una cosa... adictiva.

—¡dios mío! ¡Quédate con él!—exclamé.

Ya me estaba estresando, no. Me estaba matando toda la situación porque  Ginger, la protagonista, no se quedaba con Rhys. Y cada vez que creía que iban por buen camino...todo se venía abajo. 

Cuándo terminé de leerlo ya eran las nueve de la noche, me impresionaba que un libro como aquel me atrapara instantáneamente. Ahora entendía a Lisa cuando se metía en su mundo y no hacía caso a lo que había a su alrededor. También me había vuelto una fanática de las novelas romanticonas en tan sólo unas horas, esas que al principio me asqueaban, pero que en realidad también era hora de hacer un pequeño cambio porque para mi cabecita lectora solo existía el misterio, Stephen King o Camilla Läckberg. Es que dios...me traían atada a sus libros y a cada historia.

Suspiré y me incorporé de la cama.

Unos minutos después, bajé a la sala de estar para buscar a Lisa y devolverle el libro, pero no estaba ahí. Tuve que recorrer la enorme mansión hasta que la vi allí en la cocina con mamá, preparando la cena.

 Me acerqué a ellas y en cuanto me vieron sonrieron. 

—Me encantó, aunque también me estresó un poquito je,je—en cuanto lo dije una sonrisa envolvió su rostro. Ella había hecho que yo leyera tal cosa, porque apuesto a que ninguna de mis amigas hubieran podido convencerme, solo mi hermana lo logró.

—Te lo dije— dijo poniendo lo ojos en blanco.

Solté una risita y mi mamá nos indicó que pusiéramos la mesa entre las dos. Y mientras la acomodábamos Lisa se detuvo, me miró seria y me preguntó algo de lo que nunca habíamos hablado.

—¿Crees que alguna vez nos enamoremos de alguien? ¿Qué seamos felices?—su pregunta me pillo por sorpresa.

— Creo que...—esperé un momento mientras formaba las palabras correctas—cada quién encontrará a la persona correcta que la hará feliz y que hará que se sienta como lo mas especial y afortunada en el mundo, cada una tendrá su propia historia Lisa... y puede que no sea de lo más perfecta porque el amor no es así, es imperfecto. Habrá muchos obstáculos, pero si amas a esa persona de verdad...creo que vale la pena correr ese riesgo. Así que si algún día lo encuentras Lisa, si encuentras el amor verdadero, entonces nada importará.

¿Me estaba escuchando?¿yo?¿hablando del amor?

Lo sé, sonaba muy cursi, pero creo que era la verdad. Sentí una extraña sensación el pecho que fue sustituido por un enorme abrazo.

—Espero que algún día encontremos a nuestra alma gemela Avi...—susurró a mi oído.

Reí porque, en efecto, nosotras éramos gemelas y la verdad es que quería a alguien que fuese mi otra mitad, así como Lisa era la mía en ese momento.

—Lo haremos, estoy segura de ello Lisa—le aseguré.

—¿Quién pensó que la pequeña July sería tan cursi y con un gran corazón?—bromeó y yo puse los ojos en blanco.

—Oh ¡vamos, cállate! arruinaste el momento boba—le espeté y las dos comenzamos a reírnos.

Definitivamente amaba a mi alma gemela, mi hermana.

Aún estás tú, aún estoy yoWhere stories live. Discover now