Capitulo 3

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Desperté con dolor de cabeza y los ojos hinchados como los de una rana, debido a que la noche anterior había estado llorando en los brazos de mi papá.
En cuanto sonó la alarma me puse de pie y avancé hasta el baño para lavarme los dientes y la cara. Me di un ducha rápida y prendí la secadora para cabello. Hice pequeñas ondas en las puntas de mi cabello y comencé a maquillarme, aunque lo único que hacía era poner corrector sobre mis pronunciadas ojeras.

Ese día decidí llevar ropa cómoda, unos jeans que se ajustaban a mi figura, un top blanco y encima una sudadera. Me puse mis zapatillas nike y apliqué un poco de mi colonia favorita. Lista.

Bajé las escaleras y pasé por el gran salón para encontrarme con Noah fuera de la casa —nuestro chofer— que ya estaba esperándome en el coche.

—Buenos días Julián—le dije con una sonrisa

—Buenos días Avi, ¿todo bien?—Pude ver que estaba preocupado. Pero no lo culpo, aún tenía los ojos rojos e hinchados.

 —Si— sonreí— ¿vamos?— asintió con la cabeza y puso en marcha el coche.

Mientras avanzábamos y nos adentrábamos en la ciudad, se alzaba el amanecer en la playa. Esta era una de las cosas por las que me gustaba vivir en Los Ángeles. Era una mezcla de colores y una vista preciosa.
Al llegar al instituto, me despedí de Julián y avancé hacia la entrada, cuando me llegó un mensaje de Riley.

Riley<3: Ava, ya no estamos  en la entrada:(

Riley<3: te esperamos dentro

Yo: Oh, ahorita nos vemos:)

Guardé el celular en mi bolsillo y me adentré en los enormes pasillos donde había montones de estudiantes. Algunos estaban en los casilleros, y otros simplemente se susurraban cosas al oído y me miraban.

Los ignoré por completo y seguí caminando para llegar a mi locker. Pero me detuve en seco cuándo lo vi.

Un chico alto, de complexión esbelta y su cabello castaño despeinado. Llevaba una camiseta blanca que se acoplaba muy bien a su torso musculoso y unos vaqueros. Todo mi cuerpo se tensó cuándo él me miró, y pude apreciar... sus ojos azules.

Sus ojos azules, claros como el cielo y tan... llenos de tranquilidad me atraparon inmediatamente. Fue como si de un momento a otro me trasladara a un lugar en el que te embarga un sentimiento de paz, de tranquilidad.

En dónde todo los demás no importa.

Cuándo menos me di cuenta, el dolor de cabeza se había ido. Ya no lo sentía.

Me perdí en sus ojos más de lo necesario y una voz ronca me hizo reaccionar, dejando mi cuerpo entero tenso. No podía moverme.

—Theo

Esa voz sólo podía ser de alguien, y ese alguien era...Ryan.

Sentí como palidecía.

Sus ojos verdes me miraron por un segundo y lo que ví en ellos fue desconcertante. 

—Oh, Ava. No sabía que conocías a mi hermano—sonrió de forma arrogante y me dieron ganas de vomitar.

—Y-yo, tengo que irme—le dije sin apartar la mirada de él, el pecho me dolía y sentía que iba a desmayarme. 

Giré sobre mis talones y avancé rápidamente hacia los baños.

Estaba furiosa, pero sentía como las lágrimas corrían por mis mejillas sin control alguno. Él me recordaba tantas cosas...me recordaba lo mucho que ella sufrió por él, lo que tuvo que pasar para que al final..

Aún estás tú, aún estoy yoWhere stories live. Discover now