Capítulo 03: Campanas de viento

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El espejo posicionado frente a él le daba una buena imagen de sí mismo, vestía algo casual, pero presentable para una cena. Se peinó un par de veces más porque no estaba convencido del todo y a pasos rápidos se encaminó a la puerta de su apartamento, sin olvidar sus llaves con un curioso llavero de zanahoria, yendo por su motocicleta al estacionamiento.

Una Harley Davidson negra que había obtenido como regalo de cumpleaños, cortesía de su querido tío, lo estaba esperando.

Recordaba perfectamente la reacción de sus padres cuando Seok Jin, su tío, se la mostró afuera del apartamento. La emoción se expandió en su sistema e inmediatamente se montó en el vehículo de dos ruedas, JiMin le había pedido que esperara diez años como mínimo para volver a subirse o conseguir un casco, en cambio YoonGi estaba maravillado, pedía ser el siguiente para conducir, además de ser el pálido quién lo llevó a sacar su licencia de conducir. 

Amaba a sus padres y comprendía su preocupación por su seguridad en la carretera, pero en esa ocasión la adrenalina lo impulsó a arrancar y dar una vuelta, sorprendiendo a todos por haberlo hecho como un profesional con un par de instrucciones. Ciertamente, Min JungKook era bastante talentoso y con una diversidad de habilidades.

Claro que, no se salvó de una larga charla de consejos y diversas clases de manejo y tránsito. 

Con ese recuerdo presente se colocó su casco y una chaqueta negra que completó su vestuario, además de sus guantes que JiMin le había obsequiado para que sus dedos no se congelaran ante el frío de Seúl.

La ciudad era electrizante para él, las carreteras extensas y largas lo ayudaban cuando quería salir y divertirse, incluso para desestresarse, la diferencia con Busan era que una guardaba su infancia y la otra su proceso en el camino adulto. Busan siempre estaría en su corazón porque había crecido allí, su dialecto lo delataba con frecuencia y en parte, era porque JiMin había influido en ello.

Y quizás algunos insultos curiosos, los había escuchado de YoonGi.

Entre tantos pensamientos no se percató de que había llegado finalmente al vecindario, uno muy atractivo de vista y moderno, sobre todo grande. Ingresó al patio delantero después de ingresar una contraseña, estando ya dentro se quitó el casco y en el reflejo del mismo se percató del desastre que tenía en el cabello e intentó con sus dedos bajar cada pelito, aunque de cualquier forma sabía que iba a terminar despeinado al despedirse.

Finalmente llegó al pequeño porche, agitando suavemente las campanas de viento, se cuestionó unos momentos en tocar la puerta o ingresar directamente, decidiendo a tocar un par de veces, esperando pacientemente mientras veía las diferentes plantas y flores que adornaban por enfrente, así como la mecedora que aún tenía unos cuántos peluches en ella. Sonrío uno segundos antes de escuchar los pasos apresurarse para abrir, seguramente habían recibido la alarma del portón.

ㅡ¡Koo!ㅡ exclamaron al abrir la puerta con una inmensa sonrisa.

ㅡHola papáㅡ saludó suavemente, correspondiendo la sonrisa.

ㅡUh, que saludos tan fríos, me encantaría que volvieras a llamarme como cuando tenías cinco años.

ㅡPero ahora soy un adulto ¿no debería portarme como uno, papá Mimi?ㅡ respondió el pelinegro, a lo que el castaño le pellizcó la mejilla con dulzura.

ㅡEs que quiere sentirse un veinteañero de nuevo, eso es todoㅡ dijo una voz detrás de ellos.

ㅡ¡Min YoonGi! No puedes decir nada porque hace poco también dijiste algo similarㅡ lo señaló el castaño ㅡ. Vamos conejito, entra de una vez, el anciano hace poco lloró porque encontró un collar de macarrones que le hiciste.

Pourpre || kooktae Where stories live. Discover now