Kiss

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Como se esperaba, los años pasaron y en un parpadeo ya se encontraban finalizando la escuela secundaria.

A Katsuki le daba absolutamente igual, solo quería salir de ahí, terminar la prepa y universidad para convertirse en un gran abogado. Pan comido. Nada especial.
En cambio, Izuku rogaba que ese infierno se acabará. La maldita secundaria había sido un martirio esos tres años por el simple echo de ser "diferente" y es que los adolecentes son demonios crueles que hieren y se divierten con el dolor ajeno.

Izuku siempre fue de complexión delgada y un poco pequeño, lo que provocaba constantes burlas departe de algunos compañeros. A menos que estuviera con Bakugo, su cara siempre molesta ahuyentaba a cualquiera.

Obviamente esto dio paso a ciertos rumores que solo incrementaron las burlas hacia su persona.

Y a decir verdad, a Izuku no le molestaba que sus compañeros le llamaran gey; le gustaba Katsuki, si y estaba seguro de que era correspondido, después de todo, desde siempre han hecho lo que se supone que una pareja hace.

Katsuki se había enterado una vez que molestaban a Deku y obviamente metió las manos por el pecoso, casi lo expulsan por intentar golpear a sus compañeros. Bakugo le había echo prometer al peliverde que le diría si lo volvían a molestar, no le importaba ser expulsado, no quería que volvieran a molestar a Izuku, su Izuku. Eventualmente el mencionado había aceptado, pero no quería meter en problemas a Kacchan, por lo que se calló los constantes acosos siguientes.

–Miren a quien tenemos aquí. La pequeña zorra hoy viene sin su amo– las risas burlonas y fastidiosas comenzaron a escucharse y el joven Midoriya suspiró ya acostumbrado.

Ese día Kacchan había faltado a la escuela debido a un resfriado, por lo que estaba vulnerable a ojos de los bribones de su escuela.

–¿Donde dejaste a tu perro guardián, Midoriya? ¿O es que ya se aburrió de ti?

–No le vuelvas a decir perro a Kacchan– advirtió. Y es que se estaba cansando de la actitud de esos idiotas reprimidos.

–Y si lo vuelvo a hacer ¿qué?

–Ya déjame en paz de una vez, estoy harto de ti.

–Ah ¿en serio? ¿Escucharon eso? La pequeña puta de Bakugo se canso de que la molesten– las risas volvieron a resonar en los oídos del pecoso, lo que provocaba en el un desagradable sentimiento que detestaba sentir –¿Qué harás al respecto? ¿Nos acusaras con tu novio?

No. Esta vez no se vería como un cobarde que se esconde detrás de Kacchan, se defendería solo. Tal y como una vez el rubio le aconsejo hacer.

Izuku le tiró un puñetazo al tipo frente a él, por desgracia el golpe fue esquivado y el idiota bribón no desaprovechó la desventaja de Izuku, por lo que lo tomó fuertemente de las mejillas sin delicadeza hasta el punto de hacerlo quejarse.

–Te voy a enseñar a respetarme, maldito raro.

Furioso por el atrevimiento del más bajo, el contrario le soltó un gancho directo en el estómago, dejandolo sin aire en consecuencia y haciendole caer al piso, sin esperar a que se recupere, ordena a sus dos cómplices lo levantes y los guía hasta el baño cerca del patio donde se encontraban, alejado de los salones.