Kiss 💋💋💋💋💋

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Los años en la universidad fueron duros. Desveladas, estrés por los proyectos finales, el tiempo viniendoseles en cima gracias a los trabajos de medio tiempo que aveces conseguían para pagar el pequeño departamento y los gastos.

Sin embargo, todo el esfuerzo y sacrificio fue compensado. Llegaron al fin al día de su graduación e Izuku derramó unas cuantas lágrimas a lo largo de la ceremonia, por su parte, Katsuki escuchaba aburrido toda la palabrería del director y él solo estaba ansioso de que terminara para poder llevar a cabo su plan.

–A continuación, el joven Bakugo dará unas palabras de agradecimiento anuncio el director.

Entonces los aplausos hicieron eco en el enorme salón, Katsuki se levantó de su asiento y se dirigió al pequeño escenario, dando un discurso fuera de lo común, muy a su estilo.

–Antes de finalizar, me gustaría llamar a alguien en especial para que me acompañe en el escenario y decir unas ultimas palabras. Deku– sorprendido y avergonzado, Izuku se levantó y caminó hasta donde estaba Katsuki, con los aplausos sonando de fondo.

Cuando estuvo a su lado, Katsuki lo tomó de la mano y sonrió como pocas veces se le miraba sonreír.

–Deku... Izuku, te conozco de casi toda la vida, has estado para mi en cada una de las etapas de esta. En mis peores y mejores momentos. Sin ti mi vida no tendría sentido– las palabras salían con calma, como una tranquilidad que era rara verla en el rubio, pero que a Izuku le encantaba. A este punto, estaba sonriendo como idiota al escuchar a Katsuki dedicarle lindas palabras frente a todos, pues sabe que Kacchan no es ese tipo de persona que demuestra afecto en público –quiero que seas parte de mi vida hasta el día que me muera...

Al decir estas palabras, todos sus compañeros sacaron un pequeño cartel, cada uno con una letra y lo organizaron hasta formular una pregunta que tomó desprevenido a Izuku.

"¿Te quieres casar conmigo?"

La vista de Deku se empañó por las pequeñas lágrimas amenazando en salir, cubrió su boca emocionado y giró a ver a Kacchan, quien ahora estaba hincado estendiendole un lindo anillo plateado.

–¡Si. Si quiero, Kacchan!– gritó emocionado y se agachó a la altura en la que se encontraba Katsuki, tomándolo de las mejillas y plantandole un beso en los labios.

[•••]

–¿Dónde demonios esta Deku?– pregunta nervioso Katsuki al salir de la oficina del registro civil, dirigiéndose a Kirishima.

–No lo se, no tarda en llegar supongo– responde Eijirou, volviendo a marcar el número de una de las chicas que acoplada a Izuku.

–¿Y si se arrepintió de casarse conmigo?

–Hermano, ha estado contigo prácticamente toda su vida ¿por que se arrepentiría ahora?

–No lo se, quizás se canso de mi.

Kirishima niega divertido, nunca había visto a su amigo tan nervioso y paranoico. En realidad Izuku ni siquiera tenía mucho tiempo retrasandose, a lo mucho treinta minutos.

–Bro, si hay alguien que nunca se cansaría de ti, ese es Midoriya– consuela a su amigo dándole palmadas en la espalda, esperando que sus nervios se calme un poco.

–¿Que quieres decir, cabeza de cerillo?– estresado, cuestiona, tomándolo de la corbata de forma "amenazante."

–Que ahí viene Midoriya. Vuelve adentro que es de mala suerte ver a tu pareja antes de la ceremonia– apura Kirishima, incitándolo a volver a dentro.

Katsuki suspiró y acato la orden, estirando un poco la corbata que sentía que le ahorcaba.

Y por su parte, Kirishima fue al encuentro del peliverde y los demás acompañantes.

–Denki ¿que paso? Se supone que debiste de llegar con Midoriya hace media hora.

–Lo siento bro, nos quedamos sin gasolina y tuve que con seguirla– se excuso apenado.

–Dios, por lo menos avisen– suspira el pelirrojo, sobando su entrecejo hasta que cayo en cuenta de la minúscula palabra que le dijo el rubio –no me digas "bro" que soy tu novio.

Habiendo terminada la pequeña "discusión", volvieron a donde estaban los demás, ya todos en su respectivo lugar e Izuku en la entrada del sitio y a si lado, su madre; feliz de poder entregar a su hijo en matrimonio y pedir cuide siempre de él.

Cosa que sabe no tiene que hacer, pues desde siempre presecio el como Katsuki protegía a su niño y viceversa.

La pequeña fiesta se celebró en el jardín de la casa de los Bakugo, donde familiares y amigos se reunieron a celebrar la felicidad que emanaba la pareja de recién casados. Sus sonrisas destilan amor puro.

Y conforme fue cayendo el ocaso, los invitados se fueron despidiendo, no sin antes desearles prosperidad en su nueva vida, cosa que agradecían con amabilidad. La pareja no se quedo mucho tiempo tampoco, pues Katsuki estaba desesperado por llegar a su hogar y disfrutar de su noche de bodas junto a su amado.

Así pues, después de ayudar a sus padres a recoger un poco, se despidieron y emprendieron el camino de regreso a su pequeño departamento. Donde una vez dentro, Katsuki arrinconó contra la pared al pecoso y lo besó con una combinación de pasión y ternura que terminaron por derretir a Izuku, dejándolo sin opción alguna más que seguir su beso.

–Por fin, eres solo mio, Izuku– susurra con voz ronca, cerca de los labios delemcionado, dejando una lamida al final de la oración.

–Siempre lo fui, Katsuki– confieza el más bajo, siendo este quien inicia esta vez el beso.

Sin perder tiempo se encaminaron a su habitación sin separarse. Sus manos paseaban por terrenos ya bien conocidos y una vez llegaron a su cama, aquel ritual  tan íntimo entre los amantes comenzó.

Se hundieron en un vaivén de caderas, perdidos en el cielo; su propio cielo de placer.

El sudor perlo las pieles de de ambos y el armonioso sonido de sus besos se mezcló con la parte más morosa y sensual de la pasión.

Las uñas de Izuku arañaban la espalda de Katsuki cada vez que esté último le hacía ver las estrellas, y por su parte, el rubio se esforzaba por darle a su amado una galaxia entera; besos y caricias dulces. Recordando con exactitud la ubicación exacta de cada peca en la anatomía ajena.

Y conforme las horas pasaban y la juventud abandonaba la noche, las pieles fundidas en uno alcanzaban su punto más alto de calor, trayendo como consecuencia la liberación del dulce néctar del amor en un grito ahogado en sentimientos puros.

Esmeralda y escarlata frente a frente, profesandose amor eterno y sellando la promesa con un beso de amor verdadero.

[•••]

–¿Y si no les agrado?– cuestionó el pecoso al mirarse por milésima vez en el espejo.

–No creo que haya alguien a quien no le agrades– argumento el cenizo mientras acomodaba la corbata de su esposo.

–¿Y si les parezco molesto?– formuló una nueva pregunta nervioso, en serio estaba demasiado ansioso pero también asustado, sentía ganas de morder sus uñas hasta quedarse sin ellas.

–Solo no los asfixies desde el principio– Katsuki intenta calmarlo. Pero parece imposible, el rostro ansioso y preocupado de Deku le hacía saber que no servía de nada sus palabras.

–¿Y si les das miedo?

–¿Que insinúas?– contestó ofendido.

–Kacchan... ¿crees que estoy preparado para algo como esto?– esta vez el aire melancólico inundó la pequeña habitación, ambos saben que a pesar de que la homosexualidad en estos tiempos es más visible y las personas la toleran más, todavía hay gente cruel que vive en el pasado. Mentiría si dijera que no tiene algo de miedo.

–Definitivamente... Izuku, haz estado ansioso estos seis meses de papeleo y registros, se que eres una persona gentil que no dudará en darle cariño a cualquier ser... es más que evidente que estas preparado para ser padre.

–Padres– corrigió –seremos padres Kacchan.

Pues donde una vez se formó un hogar con dos personas, ahora se multiplicaría con la llegada de Mahoro y Katsuma.

Fin.

KissWhere stories live. Discover now