¡Jovenes! ¡A la oficina del director!

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Habían pasado exactamente 30 minutos desde que sonó la última alarma del rubio. Si, este ponía más de 4 alarmas seguidas, por que una sola nunca era suficiente para despertarlo.

Para desgracia de ambos, se les estaba haciendo muy tarde para ir a la academia y ellos estaban en pleno sueño.

Las únicas chicas que sabían que el más alto se había quedado en la casa de Tsukasa eras sus amigas y la familia del rubio. Así que si una de estas les comunicaba algo al profesor, vaya que los meterían en problemas.

Pero volviendo al presente, ambos estaban abrazados durmiendo, probablemente perdiendo su primera hora de clases. Hace mucho que Tsukasa no dormía de esa forma sin interrupciones, definitivamente esa calidez que sentía con su amigo lo hacía sentirse seguro.

La chica de pelo rubio y puntas rosadas estaba esperando con mucha rabia a su hermano en la puerta de la casa, quería ir a tocar la puerta de la habitación de su hermano, pero tenía algo de miedo de ver algo que no debería, viniendo de su hermano se podía esperar de todo. Y a parte, si entraba seguramente el rubio se enojaría,  ya que este odia que entren a su habitación sin permiso.

Los minutos seguían y seguían pasando y los chicos no bajaban. Cada vez se hacía más tarde y el profesor seguramente se enojaría mucho si llegan más tarde de lo que ya es.

- ¡Hermano baja de una vez! ¡Al menos avísame si tu y tu amigo irán, si no para ir yo sola!

-...

La casa estaba completamente callada, ni un solo ruido ni nada por el estilo. ¿Que tan pesado tiene que ser el sueño de estos dos para no despertarse con una voz gritando por toda la casa?

- ¡Bueno hermano saldré yo sola! ¡La entrada cierra en 10 minutos y si no corro ahorita me cierran la puerta!

La chica salió de la casa corriendo hasta la academia donde se suponía que debía ser acompañada por su hermano, estaba claro que este llegaría tarde si es que decidía ir.

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- Ahh ¿Rui...? ¿Que hora es?

Luego de más o menos 15 minutos de que la hermana del rubio haya salido de la casa, este por fin despertó. Lo primero que pensó fue que su hermana lo estaba esperando para desayunar juntos como todas las mañanas, pero al no escuchar la típica voz de esta supo que algo estaba pasando.

Se removió un poco de los brazos de su amigo y antes de pensar algo más algo hizo click en su cabeza. La academia.

- ¡Rui despierta! ¡Rápido pásame mi celular!

- ¡Ah! ¡Oye eso dolió!

El rubio estampó una almohada pesada con toda la fuerza que pudo en la cara de Rui y este como siempre se quejó de manera dramática, pero acto seguido agarro el celular de la mesita de noche y se lo paso a su amigo.

Tsukasa rápidamente prendió su teléfono tapando parte de la pantalla al instante con su mano ya que el brillo lo dejaría ciego, apartó un poco la mano y casi colapsa cuando vio la hora en su pantalla de inicio.

La entrada de la academia había cerrado desde hace aproximadamente poco menos de 10 minutos. Si se vestían y corrían rápido tal ves aún podrían rogar para que les abran la puerta. Y fácilmente se podrían inventar alguna excusa por la cual llegaron tarde.

- ¡Rui párate y ponte cualquier camisa y pantalón que encuentres por ahí que estamos tarde! ¡Apurate!

El más alto sin entender mucho lo que estaba pasando le hizo caso a su amigo con lo que dijo, solo que iba a su ritmo por que recién se acababa de levantar. Se pusieron lo primero que encontraron, bajaron, se metieron un pan a la boca y salieron corriendo de la casa rumbo a la academia.

Inaceptable - RuikasaWhere stories live. Discover now