El gran banquete

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Después de lo sucedido vuelvo mi mirada hacia Martina, se veía más asustada que la noche pasada y ma temerosa que con los dos hombres acosandolá, esa mirada, esa cara llena de terror rompió mi corazón provocando unas ligeras lágrimas, seguidas del sentimiento de que lo que había echo estaba horriblemente mal y todo lo contrario, solo la estaba ayudandola más bien protegiéndola o almenos esa era mi intención.
Avergonzado me dirigí hacia mi hogar, a paso lento casi arrastrando mis pies como si me estuviera por caer desplomado en el frio suelo de las calles, hasta que atrás mío siento un calor intenso pero reconfortante, asustado saco mi cuchilla y me doy vuelta... Era Martina, centímetros separaban su rostro del mío, quedó paralizado como si me hubieran echizado y solo escucho un
-Nose quién eres, pero gracias.
Claramente ella no recordaba mi cara, al final de cuentas no soy el único al que ah atendido, aunque me gustaría serlo.
Mis fuerzas solo me dieron la oportunidad de acercarme a ella y abrazarla, no me atrevía a más, recién la había conocido, aunque sentía que la conociera de toda la vida.

-Y ahora que?

Solo me lanza un sonrisa mientras me pregunta si puede dormir en mi casa esta noche, a lo que obviamente no me niego, nervioso y emocionado nos encaminamos hacia mi casa, converzando sobre nuestras vidas y nuestros trabajos, el mio de dealer y por mucho que odie decirlo su trabajo de prostituta, pero la converzacion no era fluida, era horriblemente incómoda, habían silencios horribles en los que solo es escuchaban los perros o uno que otro tiroteo avisando de que había llegado mercancía.

30 MINUTOS MAS TARDE

Acabamos de llegar a la casa eh inmediatamente voy hacia mi clóset en busca de un poleron y un buso para que se vistiera, le dije que me esperara para cenar mientras me baño, no soporto comer con las manos y el cuerpo ensangrentadas obviamente. Me bañe rápido y sorprendentemente al salir me encuentro con un gran banquete, lleno de comida deliciosas en la mesa, un par de copas hasta el borde de vino y todo listo para comer, pensé en preguntarle ¿Como sabía dónde estaba todo? ¿Por que lo hizo? Etc,etc.
Pero mi mente solo quería comer y disfrutar.
Al terminar di las gracias como de costumbre y sin más antelación Marti se levanta rápidamente y empieza a ordenar la mesa, levantando los servicios y llevando toda la losa para el lavaplatos para inmediatamente lavarlos, eso sí me sorprendió ya que mayormente yo solo levanto la mesa y tiro los platos al lavaplatos para después pagarle a alguien que los lave a findesemana.
-¿Porque haces todo esto?.- sorprendido le pregunté, a lo que ella solo respondió
-No tengo idea cómo agradecerte además de lo poco que hago, mataste a hombres por mi, me das ropa y techo, que más puedo pedir?.
Solo me atreví a soltar una tímida risa, mientras miraba esos hermosos ojos miel y esa sonrisa tan inocente... Y extraña, todavía me costaba entender que una adolescente tan linda y con tan buena cara (me refiero a cara de niña buena) estuviera por estos lugares, en esta ciudadela que no es muy famosa por la hermosura de su gente, sino más por polis corruptos, drogadictos, prostitutas y proxenetas.
Eso me hizo pensar, es imposible que Martina se prostituya por ella misma, por decisión propia quiero decir, tenía que haber alguien atrás de todo.

Dance with meWhere stories live. Discover now