CAPÍTULO 9

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Isabel está robando trozos de carne cocida que Armin acaba de sacar de la sartén, esquivando los intentos del Omega mayor de golpearle las manos. Ella mira hacia arriba, y Levi no puede evitar reírse al ver sus mejillas redondeadas, hinchadas como las de una ardilla mientras mastica rápidamente la pila de comida en su boca. Armin mira a Isabel, y luego a Levi, y se encoge de hombros.

- Issy ¿quieres un poco de pastel? - Mikasa mira a Isabel, quien se ha movido para probar suerte robando trozos de pepino en el que Farlan está trabajando en el extremo opuesto del mostrador.

Levi ríe burlonamente al ver como Isabel ha ignorado olímpicamente a Mikasa. La pelinegra lo fulmina con la mirada.

- No tientes a tu suerte enano.

Toda la sala estalla en risas ante la pequeña discusión de la alfa y el omega.

Cuando Farlan y Levi se mudaron a su apartamento, se hizo costumbre que el grupo viniera a cenar o jugar de vez en cuando. Solían hacerlo con mucha más regularidad, pero las apretadas agendas de todos ya no les permitía hacerlo con tanta frecuencia.

Casualmente todos estaban libres el día de hoy, así que Levi y Armin fueron de compras después de cerrar la pastelería mientras el resto del grupo se dirigía directamente al apartamento después del trabajo.

- Isabel, te voy a cortar los dedos si no sales de mi cocina. - se queja Farlan, dejando su cuchillo para golpear las manos de la pelirroja.

- Uf, todo el mundo es tan grosero. - La Omega camina hacia el mostrador para volver a llenar su copa de vino, y Levi sostiene su copa vacía detrás de ella sin alejarse del mostrador donde está mezclando una salsa de chile y ajo para los fideos.

Es su tercera copa de la noche y cree que está un poco mareado, pero nadie parece darse cuenta.

- Entonces Farlan, ¿volverás a la ciudad por un tiempo? Acabas de regresar de un viaje recientemente, ¿verdad? - Dice Erwin, acercándose al mostrador y descorchando una botella nueva.

El Alfa toma un sorbo de vino y asiente con la cabeza. - Los clientes más nuevos son locales y ya me están quitando muchísimo tiempo. Probablemente estaré mucho en la oficina, pero al menos estaré en Tokio.

Vuelve a mirar a Levi, quien al mismo tiempo gira la cabeza y sonríe.

- Ooh, apuesto a que Levi está entusiasmado con eso, ¿no es así, cariño? - dice Isabel.

- Sí, pasa más tiempo fuera de este apartamento. - Se ríe mientras su compañero se acerca detrás de él y le hace cosquillas justo encima de las costillas.

Sin embargo, no dura mucho, porque el Alfa aprovecha la oportunidad para deslizar sus brazos alrededor de la cintura de Levi por completo, apoyando su barbilla en su hombro mientras el Omega continúa agregando los ingredientes para la salsa.

- Hueles delicioso. - susurra juguetonamente para que sólo los dos lo escuchen.

Levi se encoge de hombros. – Espero que al fin esos viajes terminen. - Gira la cabeza hacia un lado y deposita un pequeño beso en la nariz de Farlan. – Por el momento puedo seguir cuidando de las niñas.

Farlan resopla, mirando las dos pequeñas macetas con suculentas que Levi mantiene en un estante encima del fregadero, las que tiene que reemplazar con frecuencia ya que no reciben la cantidad de luz solar que necesitan para prosperar.

- Es justo, pero si me echas, tendré que llevarme todas mis camisetas de entrenamiento.

- No veo el problema, señor.

Farlan se ríe de eso, pero Levi hace una mueca por dentro. No necesariamente ha reservado el apodo para Eren ni nada por el estilo, pero definitivamente lo usa más con él que con Farlan en estos días. Le hace sentir raro.

Encrucijada - Ereri/FariWhere stories live. Discover now