*CAPÍTULO 3*

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Cuando me despierto, siento mucho dolor. Me duelen mucho la espalda y las piernas. Estoy acostumbrada a que me peguen, pero anoche me pegaron en el mismo sitio, así que me dolió mucho más. Quiero mejorar mi estatus social en la escuela. Estoy harta de ser un bicho raro. Entonces, se me ocurrió una idea brillante. ¿Y si me pongo vaqueros y mi camiseta debajo de la ropa holgada para que papá no me vea? Eso estaría bien. También puedo meter a escondidas un cepillo en la mochila y cepillarme el pelo en el baño de chicas. Voy al baño y me lavo las heridas frescas. Luego me pongo mi ropa "pija" y encima la holgada. Bajo corriendo las escaleras y me dirijo a la escuela. Una vez llego, corro al baño de chicas y me cambio. Ya me siento mejor. Me cepillo el pelo y oigo pasos que se acercan. Parecen tacones altos. "Oh, no", jadeo y me escondo en un retrete. Los pasos son aún más fuertes ahora que me abrazo a mí misma para el castigo. Entonces, se detienen. Oigo una voz femenina que dice:

"Hola, ¿hay alguien aquí? Me ha parecido oír a alguien". Dice.

Salgo y saludo torpemente a la chica. Es más o menos de mi altura y tiene el pelo morado y violeta. Lleva horquillas de diamantes y viste una falda ajustada y una blusa con tacones altos. También va muy maquillada.

"Hola, cariño. Soy Rarity, ¿y tú quién eres?" Pregunta con un acento muy refinado.

"Soy Applejack, encantada de conocerte "dije y sonreí.

"Madre mía, qué cara tienes, está..." Empezó a decir

"Sucia, lo sé, pero..." Traté de decir cuando ella interrumpió una vez más

"¡Puedo arreglarlo!" Dijo y chilló. Sacó todo tipo de productos de maquillaje y me los echó en la cara.

"¡Et voila!" exclamó mientras me mostraba mi reflejo en un espejo. Me miré la cara, sorprendida. Me veo despierta y alegre. Cielos, el maquillaje sí que puede cambiarle la cara a alguien.

"Bueno, dime qué te parece, cariño", dijo impaciente.

"Bueno, estoy guapa. Gracias Rarity" respondí

"Que nos veamos pronto. Tengo clase de teatro y no quiero llegar tarde. Au revoir, cariño!" Dijo y corrió con su bolso hacia su clase. Todavía estaba un poco confusa, cuando oí una voz familiar.

"¡Hola Applejack! ¿Te encuentras bien? Ayer te fuiste de repente y estaba empezando a preocuparme por ti" Era Rainbow Dash. Todavía tenía que pensar una excusa para lo de ayer.

"Bueno, tuve que volver a casa a las diez y media porque tenía una reunión con mi padre. Siento mucho haberte preocupado". Dije y la abracé.

"No importa. Vamos, tenemos clase de gimnasia", me dijo y me arrastró hasta los vestuarios. Fui a mi taquilla y la abrí. Saqué mi ropa y cuando cerré la puerta, oí una risa malvada.

"Oh no, Applejack ha decidido vestirse bien por una vez. Y mis ojos me engañan o llevas... maquillaje" Dijo Adagio Dazzle. Siempre me ha acosado desde que estaba en preescolar. Ella y sus dos secuaces, Aria Blaze y Sonata Dusk, se rieron justo a tiempo. Qué patético. Realmente creen que Adagio se preocupa por ellas...

"Bueno, ¿y si he decidido cambiar de estilo? No hay nada malo en vestirme como me gusta". Dije e intenté escapar. Entonces, Aria me sujetó y Adagio se acercó de nuevo.

"Escucha, yo elijo lo que todo el mundo hace y viste en esta escuela, y no voy a tolerar que me contestes. ¿Me oyes?" Dijo mientras ordenaba a sus secuaces que me sujetaran mientras empezaba a golpearme. En ese momento, Rainbow Dash, que estaba observando todo en silencio, entró corriendo en acción y detuvo a Adagio.

"¡Déjala en paz!" Dijo enfadada, girándose hacia la chica de pelo naranja.

"Vaya, vaya... Parece que Applejack ha conseguido una amiga... Lástima que también la vayan a pegar", dijo y levantó el brazo, como si fuera a golpearla. Corrí hacia ella y le di una bofetada. No pensé en lo que estaba haciendo en ese momento. No quería que hiciera daño a nadie más. Después fuimos a clase. El profesor nos hizo hacer flexiones y una carrera de obstáculos. A mitad de la carrera de obstáculos resbalé en un charco de agua y caí al suelo. Grité, pues caí justo en el lugar donde papá me cortó ayer. Empecé a llorar, mientras el profesor se acercaba a mí.

"¿Qué te pasa, Applejack?" Me preguntó.

"Ayer me di un buen golpe ahí". Le contesté.

"Déjame ver", dijo y me miró la pierna. Estaba llena de moratones. Se quedó sin aliento.

"¿Quién te ha hecho esto?" Dijo con cara de preocupación.

"Nadie, me arañé en el campo ayer" dije.

"Hmmm, señorita Dash, llévela fuera para que descanse" Me indicó y volvió a clase.

Cuando estuvimos fuera, nos sentamos en la hierba y ella dijo:

"Necesito que me digas la verdad sobre tus heridas. No es normal que alguien esté así por accidente. Por favor, sabes que puedes confiar en mí. Te prometo que no se lo diré a nadie"

"De acuerdo. Te he estado ocultando algo grande y horrible. No quería preocuparte, pero ya no puedo más. Cuando murió mi madre, mi padre se deprimió. No iba a trabajar, bebía alcohol y se negaba a salir de casa. Al cabo de unos meses, le despidieron y tuve que mendigar en la calle un poco de dinero. Eran tiempos muy malos, pues yo sólo tenía tres años y Applebloom era sólo un bebé. Con el tiempo se volvió adicto a las drogas y tenía resaca a menudo. Se gastaba el dinero que yo ganaba con esfuerzo en comprar bebidas alcohólicas. Big Mac y yo tuvimos que trabajar en la granja, intentando cultivar algo para comer. Años más tarde, me permitieron hacer de canguro de un niño pequeño y pasear los perros de la gente por un poco de dinero. Cuando cumplí once años, me contaron cómo había muerto mamá. Los médicos me dijeron que no murió por complicaciones del parto, sino por culpa de papá. Abusó de ella durante años, incluso cuando estaba embarazada de Applebloom. El día que nació, su cuerpo estaba completamente agotado, lo que provocó que falleciera pocos minutos después. No avisó a las autoridades, porque papá la había chantajeado para que no se lo dijera a nadie o nos mataría a los tres. Recuerdo oír gritos en su habitación y a mamá suplicándole que parara. Aun así, intentaba estar bien con nosotros y nos colmaba de amor. Aún recuerdo la canción que nos cantaba antes de acostarnos cuando yo era pequeña. A mamá se le daba muy bien la música, algo que supongo que me transmitió a mí. Después de su muerte, papá mostró su verdadera cara. Nos insultaba a mi hermano y a mí hasta hacernos llorar. Eso duró años. El problema era que me hacía aún más daño, porque me parecía a mamá. He conseguido conservar una foto de ella. Era preciosa. Papá siempre me culpó de su muerte, y me sentí culpable por ello hasta que supe la verdad. Hasta ahora, he vivido así. Aún no he avisado a nadie, porque con la nueva ley necesito pruebas y no tengo ninguna. ¿Me ayudas?". Dije y empecé a llorar, abrazando a Rainbow Dash. Por fin había reunido el valor para contárselo, y me sentí tan bien al dejar salir mis problemas después de años.

"Claro que lo haré. Eres muy fuerte, Applejack", dijo mientras también lloraba y nos quedamos así por lo menos cinco minutos.

Ahora es el momento de idear un plan.

Tras la lluvia viene el arcoírisWhere stories live. Discover now